Generalmente en la sociedad no está todavía bien visto el tema de ir al psicólogo. Esto ocurre porque hay cierto desconocimiento que hace que se crea que quien va aun psicólogo es porque está "loco", tiene algún tipo de trastorno o problema fuera de lo común. Esto no es así, ya que acudir a un psicólogo es pedir ayuda para aprender a gestionar ciertos temas que muchas veces nos pueden desbordar, y eso es tremendamente positivo porque eso quiere decir que se tiene iniciativa por mejorar y por poder recuperarse del tipo de problema que se padezca.
Aún queda mucho camino que recorrer y es que al igual que se acude a un médico para cuidar la salud física se puede acudir a un psicólogo para mejorar la calidad de vida y sobre todo la salud mental. Lo que ocurre que la segunda opción da verguenza, es un tema tabú que pocas personas comprenden hoy en día. Esa vergüenza hay que eliminarla porque si no el problema se puede agravar. Hoy en día, son pocas las personas que reconocen que tienen ciertos problemas mentales, como lo son la ansiedad o la depresión por lo mencionado anteriormente y por rechazo de la sociedad y de su propio entorno.
Qué es un psicólogo
Un psicólogo es un profesional de la psicología, una disciplina compleja que abarca distintas corrientes teóricas y prácticas. En concreto, psicología clínica, cognitiva, conductual, del desarrollo, social, del trabajo, animal, diferencial, experimental. Para estudiar psicología y ejercer sobre ello hay que hacer el grado del mismo. La formación del psicólogo está centrada en la comprensión del comportamiento humano para poder darle una guía y unas pautas para mejorar.
Además, un psicólogo se encuentra totalmente cualificado para interpretar el foco que produce el problema en el paciente. Para ello realizan sesiones generalmente de una hora varias veces a la semana (en función del problema que se tenga) para poder averiguar que es lo que ocurre realmente. El psicólogo es capaz de investigar, evaluar problemas o trastornos de bipolaridad, autoestima, inseguridad, ataques de pánico, cualquier tipo de fobia, problemas laborales, personales y un largo etcétera.
Diferencia psícólogo y psiquiátra
A pesar de que puede parecer lo mismo, lo cierto es que no tiene nada que ver aunque en alguna ocasión con algún paciente pueden trabajar codo con codo para terminar por solucionar el problema. La diferencia principal reside en que el psiquiátra receta medicamentos para aquellos pacientes que no pueden solventar los problemas solo con el psicólogo y que les está afectando a la salud física. Por ejemplo una persona que padezca excesiva ansiedad, deberá seguir un tratamiento medicamentoso dictaminado por un psiquátra ya que puede tener como consecuencia no dormir y eso repercute en sus capacidades motoras en el día a día. Además, el psiquiatra estudia medicina y, posteriormente, se especializa en la rama de psiquiatría y el psicólogo estudia psicología aunque luego se puede especializar para tratar a unos pacientes con un tipo de problemas u otros.
Motivos por los que ir al psicólogo
1. Sirve para desahogarse
Una de las ventajas principales a la hora de acudir a un psicólogo es que se regeneran los pensamientos ya que se elimina parte de la carga diaria, es decir, es una buena forma de desahogo y de aprender a gestionar las emociones, y sobre todo las situaciones que se pueden ir dando a lo largo de la vida. Es también positivo del mismo modo, porque es una buena manera de de hacer autocritica de uno mismo y poder mejorar como persona.
Esto lo que produce es una satisfación inmediata liberando serotonina que es la hormona de la felicidad y generando un bienestar absoluto. Hay que tener en cuenta que no es necesario acudir a un psicólogo tan solo cuando exista un problema sino se puede acudir cada 'x' tiempo para mejorar personalmente y mentalmente.
2. Sentirte entendido
Esto quiere decir que en muchas ocasiones nos podemos llegar a sentir incomprendidos por nuestro entorno, incluso juzgados en algunas ocasiones. Por estos motivos callamos muchas de las cosas que vivimos en el día a día y sin darnos cuenta nos provocamos daño a nosotros mismos. Por eso acudir al psicólogo al menos una vez en la vida reconforta porque el psicólogo escuchará y analizará atentamente cada fragmento que le contemos. El psicólogo al ser una persona objetiva aportará unos criterios más reales que una persona de nuestro entorno porque esta segunda tiene sentimientos hacia nuestra persona.
3. Guía y pautas a seguir
Una vez que se acude al psicólogo el gran beneficio de este profesional es que ayuda a dar una especie de guía para poder solventar los problemas que se tienen, unas pautas que nosotros mismos solos no podemos lograr sin su ayuda. Se puede decir que el psicólgo refuerza la autoestimay la seguridad para poder ver las cosas desde otro modo, es decir eliminando esos pensamientos negativos y destructivos dejando solo lugar a los positivos a través de ejercicios prácticos muy beneficiosos para la salud mental.
4. Ofrece confidencialidad
Los psicólogos tienen el secreto profesional, es decir, tienen terminantemente prohibido contar cualquier caso de sus pacientes por lo que hablar con ellos en las sesiones se convierte en un clima de lo más seguro. De esta manera el paciente puede exponer sus miedos e inquietudes sin ningún tipo de tapujo, ya que el psicólogo le ofrece esa seguridad. Además, al encontrarse en un ambiente así, el paciente puede desahogarse mucho mejor y el psicólogo podrá hacer mejor su trabajo porque tendrá más detalles del origen del problema, por lo tanto este punto es positivo tanto para el paciente como para el profesional de la psicología.
5. Cambiar creencias
Además de los beneficios anteriores, el psicólogo también ayuda a cambiar creencias, es decir, en muchas ocasiones nos limitamos a creer algo como verdad absoluta pero no nos damos cuenta que es realmente la visión que tenemos de la realidad no tiene porque ser la más acertada y menos en casos con algún tipo de problema como la ansiedad o la depresión, que son los más comúnes y ayudan a distorsionar la realidad que se vive.
Esto quiere decir que el paciente abrirá la mente a un mundo desconocido donde el factor motivación estará presente en su nueva vida después de acudir al psicólogo. Se puede decir que el paciente aprende a reorganizar su realidad y sus prioridades para poder seguir creciendo personalemente.