De entre todos los trabajos a los que una persona puede aspirar, siempre va a haber diferencias entre unos y otros en lo que a salario, comodidades y nivel de exigencia se refiere. Cada empleo tiene un perfil de trabajador con un determinado carácter y unas aptitudes concretas que describen al candidato perfecto, pero, no obstante, esto no quiere decir que el ejercicio de ese trabajo sea coser y cantar. Actualmente, la sociedad en la que vivimos está en continuo movimiento y muchos trabajos se dirigen a controlar y guiar esas acciones para que el mundo, tal y como lo conocemos, siga funcionando al ritmo de siempre.
Muchas profesiones requieren de muchas responsabilidades y una rápida capacidad de reacción, por lo que los niveles de estrés y exigencia en sus empleados suelen llegar a ser bastante altos. Aunque normalmente, estos requisitos suponen una retribución extra en el salario final, siempre hay quien opina que existen empleos cuyas pretensiones, en relación a factores como el sueldo y la calidad de vida, no merecen la pena por sus consecuencias en la salud mental del empleado. Si sientes curiosidad por conocer cuáles son los empleos que más agobio generan a sus trabajadores, a continuación encontrarás el top cinco de los trabajos más estresantes.
1. Piloto de avión
Muchas personas pueden pensar que el trabajo de pilotar aviones es maravilloso porque viajas de un lado a otro del mundo a la vez que ganas un sueldo bastante considerable. Pues bien, a pesar de esta creencia, el empleo de piloto de avión ocupa el primer puesto en este ránking porque supone un nivel de responsabilidad y de gestión de situaciones muy grande. Primero de todo, este trabajo puede llegar a generar bastante presión porque el hecho de que el avión, incluida toda su tripulación, llegue sano y salvo al lugar de destino depende totalmente del piloto y de su manejo con la aeronave.
Otro aspecto bastante estresante y que puede llegar a repercutir en la salud mental del piloto así como en el desempeño de su profesión es que, independientemente de los intereses comerciales de la compañía para la que trabaje, este siempre ha de primar, por encima de todo, la seguridad del aparato y su tripulación. Que un vuelo retrase su horario de vuelo o que directamente no despegue es algo que hace perder dinero y prestigio a la compañía aérea por lo que, para que esto suceda, el piloto ha de tomar una decisión acertada con un mínimo margen de error.
2. Agente de policía o militar
Escoger un puesto dentro de la administración de seguridad cuidadana y/o militar significa, en muchas ocasiones, decidirse por una profesión que ocupa el segundo puesto en el ranking de empleos más estresantes del mundo. Relacionado con esto, el ámbito policial forma parte de uno de los ámbitos profesionales cuya tasa de suicidios es una de las más altas del mundo. Los cambios constantes de residencia, las exigencias físicas y/o mentales del trabajo y los conflictos a los que un policía se enfrenta diariamente generan, en muchas ocasiones, un estrés y agobio con los que es necesario lidiar.
Más allá del estrés que puede generar desempeñar el trabajo de policía, las consecuencias que tiene este empleo dentro del ámbito personal también afecta mucho en el carácter del profesional. Por suerte, cada vez son más los gobiernos que están tomando conciencia de este problema con la introducción de ayuda psicológica y seguimiento de la salud mental de sus trabajadores.
3. Profesor/a
El empleo de maestro puede llegar a provocar en la persona que lo ejerza una gran satisfacción tanto a nivel personal como profesional. No obstante, este empleo suele generar bastante estrés dependiendo del entorno en el que se trabaje. Por ejemplo, un profesor que realice su trabajo en un entorno juvenil siempre va a estar sometido a un nivel de estrés mucho mayor que otro que lo haga en un entorno maduro y adulto.
Además de la responsabilidad que conlleva una correcta y eficaz enseñanza de conocimientos y valores, un profesor tiene que enfrentarse casi diariamente a situaciones en las que debe ejercer su condición de superior. Esta situación es bastante habitual en los colegios e institutos donde los alumnos son más rebeldes y en los que la tendencia a rebelarse contra el profesor es un comportamiento bastante habitual. Por este motivo, el empleo de profesor, a rasgos generales, es considerado como uno de los trabajos más estresantes que existen.
4. Alto/a ejecutivo/a de una empresa
Aunque popularmente se tiene la idea de que una profesión que suponga ser un alto ejecutivo de una compañía trae consigo viajes de negocios llenos de glamour, vestidos y trajes de alta costura y un sinfín de demás elementos hollywoodienses, lo cierto es que se trata de una profesión muy estresante por la increíble responsabilidad que conlleva. Por lo general, un trabajador con este perfil profesional debe atender la seguridad y mantenimiento financiero de una gran empresa al mismo tiempo que ha de asegurar los empleos y eficacia del trabajo de sus empleados.
La toma constante de decisiones, algunas de ellas decisivas para el correcto funcionamiento y crecimiento de la empresa, así como lidiar con situaciones de crisis, son dos de los factores que más afectan en la salud mental de un alto ejecutivo. La necesidad de una búsqueda inmediata de soluciones y la incertidumbre son los principales motivos de peso por los que este empleo se encuentra, al igual que los anteriores de la lista, en el top 5 de trabajos más estresantes del mundo.
5. Coordinador/a de eventos
En este último punto se encuentra el trabajo de coordinador o planificador de eventos. De normal, un profesional de este campo se centra en planear cualquier evento o proyecto, sea una boda, una reunión de protocolo, un concierto, etc. Aunque ser organizado es una de las claves para que este empleo no genere un estrés desmedido en el trabajador, lo cierto es que existen factores que se escapan a la propia organización como los fallos de última hora o los cambios que han de hacerse a contrarreloj.
El día a día de un profesional de este sector suele ser estresante porque el correcto desempeño de su trabajo no solo depende de sí mismo sino también de la eficacia de un tercero que, en muchas ocasiones, procede de los proveedores. En este empleo, ser resolutivo y no dejarse vencer por la presión son dos aptitudes muy a valorar por cualquiera que sueñe con convertirse en un excelente coordinador de eventos.