Posiblemente no haya habido desde que el uso de internet se ha universalizado y los smartphones son una extensión del cuerpo humano un tema que haya afectado a prácticamente a todo el mundo por igual: el Coronavirus. Esto ha hecho que la forma de consumir contenido en la red haya cambiado de forma significativa y que esta enfermedad se haya convertido en el centro de prácticamente todas las conversaciones y en el objeto de los titulares de todas las noticias.
Una nueva forma de vida que ha traído consigo nuevos comportamientos. Entre ellos, el doomscrolling. ¿Qué que significa esto? 'Doom' en inglés significa 'muerte' o fatalidad' y scorolling es la acción de desplazarnos por la pantalla de algún dispositivo digital. En otras palabras, consiste en pasar muchos minutos, incluso horas, deslizando por la pantalla de nuestro teléfono móvil a través de diferentes aplicaciones buscando información sobre algún tema en concreto, particularmente sobre el Covid-19.
Es factor importante que todas esas horas invertidas en leer noticias o artículos en línea tampoco nos reporten mucho más conocimiento del que ya se tenía antes de hacerlo. El doomscrolling simplemente se lleva a cabo para resarcir nuestras ganas de saber en ese momento algo, para resolver alguna duda momentánea que no estaba generado alguna incertidumbre, para sentirnos informados sobre lo que está ocurriendo... aunque, desgraciadamente, los psicólogos ya han venido informando de que esta acción es, contrario a lo que se piensa, mucho más dañina que beneficiosa.
El motivo es muy sencillo, sobre todo a la información sobre el Coronavirus se refiere: va a ser negativa. En un momento en el que la situación todavía no está bajo control (como lleva ocurriendo desde marzo de 2020) los hechos reseñables suelen tender a ser negativos. Mayor número de contagios; significativo número de fallecidos; países donde la cota de incidencia no deja de crecer; segunda, tercera ola... Datos que no pintan un presente bueno ni un futuro esperanzador y no hacen más que generar sentimientos negativos en todos aquellos que las reciben y, especialmente, en aquellos que dedican horas y horas de su día a leerlas casi sin parar. Los adictos al doomscrolling.
Esta actividad ahora acuñada viene motivada por lo que se conoce como el 'sesgo de negatividad': algo emocionalmente negativo tendrá mucha más relevancia para una persona que algo emocionalmente positivo. Esto trasladado a la información hace que la atención de los lectores se centre antes en una noticia con información negativa que una que resalte algún acontecimiento positivo, por lo que las horas dedicadas a esa necesidad vacía de informarse acaban convirtiéndose en tiempo de negatividad que acaban mermando nuestro bienestar psicológico.
Cómo poner fin al Doomscrolling
Y ahora la pregunta del millón: ¿Tiene solución? Por supuesto, aunque todo depende la que uno haga por sí mismo. Los expertos han establecido una serie de cosas que pueden hacer las personas que se creen presas del droomscrolling para conseguir salir de esta espiral de necesidad de información.
Escoger bien a través de qué medios informarnos
A pesar de lo que pueda parecer, estar informado no es nada malo, todo lo contrario, pero estar muy informado no siempre significa estar bien informado. Para ello los expertos recomiendan limitarse a recibir información de unos pocos medios y que estos sean fiables sobre los temas que queremos recibir noticias. Esto nos prohibe entonces leer información contada desde un punto de vista sensacionalista donde puede primar lo negativo e incluso en el error de incurrir en leer de forma reiterada la misma información varias veces contada de forma un poco diferente.
Dedicar un momento del día a informarse
Uno de los principales problemas de doomsrolling, además de la información negativa que se puede estar consumiendo, también es el tiempo que se le dedica. Si se utiliza el interés por la información como un simple entretenimiento para matar el tiempo en determinados momentos del día esto puede acabar causando esa saturación de información de la que se hablaba anteriormente. Si se delimita esta actividad a uno o dos períodos de tiempo -no muy largos- durante el día no se incurrirá en el error de perder horas vagando por el internet de las cosas negativas.
Silenciar aquello de lo que no nos conviene leer
A pesar de que cada vez más los algoritmos de las redes sociales son capaces de conocernos mejor que nuestras propias madres para lanzarnos de forma aparentemente casual aquella información para captar nuestra atención, estas mismas redes ponen a nuestra disposición ciertas herramientas para que podamos controlar de alguna manera que es lo que queremos y lo que no queremos ver. Ejemplo de ello es la posibilidad de silenciar ciertas palabras en Twitter. Esto hará que cuando estemos viendo las publicaciones de la gente a la que seguimos o que esta retuitea no encontraremos aquello que hable de lo que no queremos saber.
Desinstalar ciertas aplicaciones
Pero cuando todo este tipo de consejos ya no son suficientes para no caer ele error de pasarnos horas deslizando, lo mejor de todo siempre es no tener delante con qué hacerlo. Un fumador no puede fumar si no tiene una cajetilla de cigarros delante, pues tú lo mismo. Muchas veces es mejor quitarse la tentación de delante para no caer en ella y por ello la mejor solución es quitar de nuestro dispositivo móvil aquellos lugares de los que es mejor alejarse. Twitter, Facebook, Instagram, Apps de medio de noticias... No pasa nada por estar un tiempo sin recibir información constantemente.
DESDE BEKIAPSICOLOGÍA RECORDAMOS QUE EL MEJOR DE LOS CONSEJOS SIEMPRE ES ACUDIR A UN ESPECIALISTA CUANDO LA AYUDA QUE SE OFRECE UNO MENOS NO ES SUFICIENTE. NADIE ES CAPAZ DE HACER NADA SI NO TIENE LAS HERRAMIENTAS NECESARIAS, MENTAL Y FÍSICAMENTE.