Quizá creas que ser compasivo es algo con lo que se nace, pero en realidad, es algo que se puede aprender a lo largo de la vida. Tú también puedes ser una persona más compasiva contigo mismo y con los demás. La compasión implica tener la capacidad de sentir empatía por los demás. Esta capacidad para comprender el sufrimiento de otras personas es un componente importante que motiva las conductas prosociales o el deseo de ayudar.
No confundas compasión con empatía
Es necesario tener en cuenta que la compresión implica mucho más que la empatía. Ayuda a las personas a sentir lo que otros sienten, pero también sienten la necesidad de ayudarles para aliviar su sufrimiento.
Los adultos pueden aprender a ser más compasivos y también enseñar compasión a otros para potenciar los comportamiento altruistas y provocar cambios en el cerebro y a nivel social.
Meditación compasiva
La meditación compasiva es una forma de meditación que se utiliza para aumentar los sentimientos de preocupación por las personas que sufren. Mientras se medita, se debe imaginar un momento en que alguien esté sufriendo para después, imaginar cómo se podría hacer para aliviar el sufrimiento de esa persona imaginaria.
También es importante para aprender compasión, ser compasivo con diferentes tipos de personas, empezando por alguien por quien fácilmente se pueda sentir compasión como un miembro de la familia o un amigo cercano. Después se debe practicar el sentimiento de compasión por una persona extraña o con una persona con la que se haya tenido un conflicto.
Además de esto, replantear los propios pensamientos para sentirse menos negativos hacia uno mismo o hacia el entorno, es importante también. Se pueden cambiar los hábitos en un período de tiempo con un poco de fuera de voluntad cada día.
Entrena tu compasión
La compasión ayuda a las personas a ser más altruista y por eso puedes entrenarte para conseguirlo. ¿Y si pruebas a gastar tu dinero en hacer algo para ayudar a otra persona que lo necesita? Como comprar comida para alguien que no tiene para comprar...
Las personas compasivas tendrán más probabilidades de hacer esto por ejemplo de comprar comida para campañas de recolección de alimentos que aquellos que no lo son. Son personas altruistas, pero también se puede aprender a serlo, haciéndolo, aunque al principio parezca que cuesta hacer la acción.
Puedes cambiar tu cerebro con la compasión
La meditación por compasión y entrenarse para ser más compasivo con acciones altruistas puede cambiar la actividad cerebral. Las personas altruistas tienen un aumento en la actividad cerebral en la corteza parietal inferior, un área del cerebro asociada con la empatía y la comprensión para otras personas. Otras regiones del cerebro asociadas con las emociones positivas y la regulación emocional también tienen un aumento en la actividad.
La compasión es una habilidad que se puede mejorar con la práctica. Se puede ayudar a las personas a construir compasión, transformando así la vida de muchos. Los adultos sanos no son los únicos que pueden beneficiarse de este entrenamiento. Enseñar a los niños y adultos la compasión puede ayudar a reducir el acoso escolar y a ayudar a aquellos que luchan con problemas sociales.
La importancia de enseñar compasión
¿Por qué es importante saber que la compasión se puede aprender, incluso en los adultos? Porque la compasión es un componente central de muchos comportamientos prosociales, incluyendo el altruismo y el heroísmo. Antes de tomar medidas para ayudar a otra persona, es importante que no solo entendamos la situación de la otra persona, sino que también sintamos el impulso para aliviar su sufrimiento... desde dentro.
La compasión implica tres claves:
- Sentir los problemas de otro
- Creer que esos problemas no son autoinfligidos
- Se pueden imaginar en una situación similar enfrentando a los mismos problemas
¡La compasión es imprescindible para que nos desarrollemos como sociedad! Somos seres sociales y necesitamos unos de otros para poder evolucionar.