Saber cómo tomar buenas decisiones, como qué ponerse en una entrevista de trabajo o cómo invertir tu dinero, podría ser la clave para vivir tu mejor vida. Para poder tomar esas decisiones de manera oportuna y que te sientas seguro de tus habilidades para tomar decisiones podría ahorrarte mucho tiempo y molestias.
Afortunadamente, todos pueden tomar medidas para convertirse en mejores tomadores de decisiones. Si quieres convertirte en un mejor tomador de decisiones, incorpora estos hábitos en tu vida, ¡no te arrepentirás!
Ojo con el exceso de confianza
Si tienes exceso de confianza es posible que en ocasiones tus decisiones sean erróneas. Las personas que tienden a sobreestimar su desempeño, así como la exactitud de sus conocimientos... y esto hará que tomen malas decisiones.
Es especialmente importante tener en cuenta tu nivel de confianza en términos de gestión del tiempo. La mayoría de las personas sobreestima cuánto pueden lograr en un cierto período de tiempo. ¿Crees que solo te llevará una hora terminar el informe? ¿Predices que podrás pagar tus facturas en 30 minutos? Es posible que descubras que estás demasiado confiado en tus predicciones.
Toma un tiempo todos los días para estimar la probabilidad de que tengas éxito. Luego, al final del día, revisa estas estimaciones ¿Fuiste tan preciso como pensabas? Los responsables de las buenas decisiones reconocen áreas de sus vidas en las que el exceso de confianza podría ser un problema. Luego, ajustan su pensamiento y su comportamiento en consecuencia... ¿estás preparado para hacer esto?
Identifica los riesgos que tomas
La familiaridad engendra confort. Hay una buena posibilidad de que tomes malas decisiones simplemente porque te has acostumbrado a tus hábitos y no piensas en el peligro en el que estás o en el daño que estás causando. Por ejemplo, puedes comenzar a conducir algo más rápido cada día para llegar al trabajo a tiempo aunque salgas de casa más tarde. Quizá si no te multan te sientas cómodo haciendo esto y también si no tienes accidentes, pero a medida que tienes este comportamiento temerario, estás aumentando las probabilidades de que te multen y de que tengas problemas de seguridad.
Otro ejemplo es comer comida basura todos los días. Si no tienes ningún signo inmediato de mala salud, es posible que no lo veas como un problema. Pero con el tiempo, puedes aumentar de peso o experimentar otros problemas de salud como consecuencia.
Identifica tus hábitos diarios que se han convertido en algo común. Estas son cosas que requieren poco pensamiento por tu parte porque son automáticas. Luego, toma un tiempo para evaluar qué decisiones pueden ser dañinas o poco saludables y crea un plan para desarrollar hábitos diarios más saludables.
Piensa en tus problemas de forma diferente
La forma en que planteas una pregunta o un problema desempeña un papel importante en la forma en que responderás y cómo percibirás tus posibilidades de éxito.
Imagina dos cirujanos. Un cirujano le dice a sus pacientes: "El 90% de las personas que se someten a este procedimiento viven". El otro cirujano dice: "El 10% de las personas que se someten a este procedimiento mueren". Los hechos son los mismos. Pero la investigación muestra que las personas que escuchan que "el 10% de las personas mueren" perciben que su riesgo es mucho mayor.
Entonces, cuando te enfrentes a una decisión, piensa en el tema de una manera diferente. Toma un minuto para pensar si el ligero cambio en la redacción afecta la forma en que ve el problema... ¡utiliza el pensamiento positivo!
Ten tiempo para reflexionar sobre tus errores
Quizá has salido de casa sin paraguas y te has empapado de camino al trabajo, o quizá te has quedado sin presupuesto en un mes porque has tenido una compra impulsiva. Sean los que sean los errores que hayas cometido, es importante que reflexiones sobre tus errores para aprender de ellos y que no te ocurran de nuevo en el futuro.
Convierte en un hábito diario revisar las decisiones que has tomado a lo largo del día. Cuando tus decisiones no salen bien, debes preguntarte qué salió mal. Busca las lecciones que se pueden obtener de cada error que cometas. No insistas en tus errores mucho tiempo, repetírtelos no es bueno para tu salud mental. Mantén un de tiempo de reflexión sensible: tal vez 10 minutos por día sean suficientes para ayudarte a pensar en lo que puede hacer mejor mañana.