Es posible que tengas esa voz interna que te sabotea y te dice comentarios poco motivadores de vez en cuando. Esa crítica interna aparece en los momentos menos oportunos: cuando estás a punto de hacer una conferencia, cuando conoces a alguien nuevo, cuando te vas a examinar, cuando te miras en el espejo de tu casa antes de salir por la puerta...
En cualquier situación, escuchar estos pensamientos negativos sobre ti mismo puede ser molesto en el mejor de los casos y te puede desmoralizar en el peor. Por este motivo queremos adiarte a que bajes el volumen de ese crítico que solo dice cosas improductivas, o que al menos, si no se calla del todo, que aprendas a cómo tratarla de forma efectiva. Sigue estos consejos para que la voz de tu cabeza saque lo mejor de ti, en lugar de sacar lo peor...
Acepta que no tendrás pensamientos positivos el 100% de las veces
Acepta el hecho de que nunca tendrás pensamientos positivos el 100% de las veces. Los pensamientos negativos nunca desaparecen del todo porque son parte de ti, de cualquier ser humano. En cambio, la decisión de cómo tratar con esta voz interior y el cómo te afecte sí que es algo que solo depende de ti.
Reconoce los pensamientos negativos
Algo útil que puedes hacer cuando los pensamientos negativos entran en tu mente es reconocerlos por lo que son. El primer paso para controlar los pensamientos autocríticos es notar que están ocurriendo. Este monólogo interno negativo puede llegar a ser tan familiar que no siempre reconocemos que está sucediendo... porque nos hemos acostumbrado a ellos.
El diálogo interno negativo es más poderoso cuando no lo sabes porque es más probable que creas lo que estás pensando y te identifiques con esos pensamientos como si fueran verdad. Identificar a los pensamientos de este tipo, te ayudará a superar esa voz negativa.
Ten afirmaciones positivas en tu mente
Un truco rápido que puedes usar cuando un pensamiento negativo comienza en tu mente es responder con afirmaciones positivas predeterminadas. Identifica tus principales pensamientos negativos y cámbialos de forma automática por una frase positiva.
Tendrás que usar afirmaciones que refuerzan los opuestos positivos de lo que piensas inicialmente como negativo. Por ejemplo cambia el pensamiento "estoy gordo" por "aprecio mi cuerpo" o cambia "No soy lo suficientemente bueno" por "Soy lo suficientemente digno y bueno". Repite las afirmaciones positivas cada vez que tu voz negativa entre en tu mente. Adapta las frases a lo que te esté ocurriendo.
Escribe los pensamientos negativos en un papel
Una de las estrategias más efectivas para eliminar los pensamientos negativos es sacarlos de tu cabeza y ponerlos en papel. Para hacer que este ejercicio sea aún más efectivo, tacha cada pensamiento negativo y escribe algo más poderoso debajo de él.
Solo tardarás unas semanas para que te percates de tus pensamientos negativos antes de que estén completamente formados en tu mente. A menudo, anotar los pensamientos de tu cabeza en papel puede ayudar a quitar algo de su poder en ti.
Los pensamientos negativos no deben tener la última palabra
No permitas que tu conversación negativa tenga la última palabra en tu mente. Si no estás en un lugar donde puedas escribir, simplemente di algo como: "gracias, pero no gracias" a esos pensamientos inútiles.
Una de las luchas más grandes con el diálogo interno negativo es que las personas a menudo identifican sus pensamientos como ellos mismos, es decir, como si les estuvieran definiendo. Al reconocer el pensamiento (gracias) y luego rechazarlo inmediatamente (no gracias), crea conciencia de que no son todos los pensamientos aleatorios en tu cabeza y desarrolla el poder de elegir conscientemente aceptar solo aquellas creencias que te sirven para mejorar como persona.
Cambia la relación que tienes contigo mismo
Contrarrestar la charla negativa siendo amable contigo mismo es un hábito importante que practicar. La autocompasión es el antídoto para la autocrítica. Todos estamos desesperados por nuestra propia aceptación y compasión. Si nos damos cuenta de que creemos en un crítico interno, podemos cambiar intencionalmente para ofrecernos una palabra amable, como 'Lo siento, estás sufriendo; Me preocupo por ti 'o' No estás solo '". Este proceso comienza a cambiar la relación que tienes contigo mismo y te permite una alternativa a seguir un camino negativo.
Concéntrate en los pequeños logros en lugar de preocuparte por los grandes desafíos o fracasos. Por ejemplo, en lugar de pensar: "Nunca perderé el peso", puedes decirte algo como: "Estoy muy orgulloso de mí mismo por no tener una segunda porción en la cena de esta noche".