El estrés puede presentarse en tu vida de muchas formas diferentes. El estrés agudo es el que se siente cuando crees que vas a estallar y de repente, acaba rápidamente dejando bastante daño a su paso, porque aparece como una bomba que arrasa todo... Aunque también puede ser todo lo contrario y que pase desapercibido aunque haga daño sutil a la persona que lo padece. Por otro lado, el estrés crónico es el tipo de estés que se produce de manera regular y crea mucho más daño en el organismo, desde enfermarse más hasta tener problemas cardíacos graves.
En contraste a esto, encontramos el eustrés, que es un tipo de estrés beneficioso... es la forma positiva de estrés y que si no se vuelve demasiado intenso o crónico puede ayudarte a estar bien con tu vida y disfrutar de los retos diarios. Merece la pena tener en cuenta que demasiado de cualquier estrés puede ser un problema.
Muchas personas no se dan cuenta de cuánto estrés se está acumulando hasta que de repente se sienten a punto de estallar. Otras veces, los eventos estresantes o que exigen atención pueden parecer que suceden uno tras otro, y pueden pasar de sentirse calmados a estar a punto de estallar por completo con una velocidad sorprendente. Sin embargo, es importante tener estrategias para sobrellevar la situación cuando te sientas así por el estrés y necesites relajar rápidamente tu mente y cuerpo. A continuación vas a conocer algunas formas fáciles para recuperar la calma y que puedas manejar cualquier situación que se te presente.
Da un paseo
El ejercicio puede ser un gran calmante para el estrés, te ayuda a desahogarte y libera endorfinas, aunque no siempre tienes tiempo para ir al gimnasio ni ganas de ejercitarte. Cuando estés así lo mejor que puedes hacer es dar un paseo cuando te sientas a punto de estallar, así disfrutarás de poder salir de la situación que te estresa.
Esto puede proporcionarte cierta perspectiva para que puedas regresar con un nuevo estado de ánimo. Caminar con un buen amigo puede ser una buena forma de encontrar apoyo social, aunque caminar solo puede proporcionarte algo de tiempo para pensar, replantearte las cosas y volver con una mentalidad más optimista.
Respira
Si no estás en condiciones de ir a ninguna parte podrás sentirte mejor más rápidamente si practicas ejercicios de respiración. Aportar oxígeno a tu cuerpo y liberar la tensión física son dos maneras en que los ejercicios de respiración pueden beneficiarte... Puedes hacerlo en cualquier momento o en cualquier lugar, incluso si la situación exigente no acaba.
Descanso mental
Si puedes tener unos minutos de paz, ¡aprovéchalos! Las visualizaciones mentales son una buena manera de recuperar tu paz mental. Son fáciles de conseguir y pueden relajarte tanto física como mentalmente. Con la práctica, puedes acceder fácilmente a tu lugar feliz y sentirte más tranquilo cada vez que estés estresado. Cuanto más los practiques, más fácil será para ti poder llegar a este punto de descanso mental.
Vuelve a pensar en la situación
Es posible que en ocasiones intensifiques la experiencia de situaciones estresantes por la forma en que las ves. Puedes ver que la situación es diferente a lo que realmente es, y si la pones en una perspectiva que tiene otro ángulo, podrás sentir menos estrés. Cambiar de enfoque puede ayudarte a ver las cosas con otra perspectiva y reducir la ansiedad que te produce ese hecho.
Relajación muscular progresiva
La relajación muscular progresiva es una técnica en la que te tensas y liberas todos tus grupos musculares, dejando que tu cuerpo se sienta más relajado después. La relajación muscular progresiva puedes realizarla en cualquier momento y no importa cuál es la condición física que tengas. Con la práctica podrás liberar por completo casi toda la tensión que sientes en tu cuerpo en tan solo unos segundos. Así te sentirás más tranquilo y con mejor capacidad para manejar cualquier situación que te estrese o te haga sentir que estás a punto de estallar.