Plantearse presentarse a unas oposiciones es una decisión difícil. Es cierto que la recompensa de conseguir una de las plazas ofertadas es una satisfacción enorme. Conseguimos el trabajo que nos gusta y además es un trabajo estable con una remuneración protegida por la legislación estatal. Sin embargo, llegar a conseguir la plaza es muy complicado por diferentes razones.
Por un lado, por razones directamente relacionadas con la convocatoria. El temario a estudiar suele ser extenso y a veces se acompaña de la preparación de pruebas físicas. Además, el número de plazas suele ser mínimo en relación al número de candidatos a las mismas.
A continuación con daremos algunos consejos para prepararse psicológicamente para unas oposiciones. Adaptando el conocido dicho podríamos decir que el opositor no nace, se hace.
Analiza tu situación personal y la de la convocatoria actual
Decidir convertirse en opositor no es una decisión que deba tomarse a la ligera. Supone una meta complicada y muchas veces a muy largo plazo. Siendo el camino hasta llegar a ella muy difícil.
Cuando decimos que analices tu situación personal nos referimos a todos los aspectos de la misma. ¿Qué obligaciones tienes? Familia, trabajo, aficiones... todo cuenta ya que tu vida se reorganizará alrededor del nuevo objetivo.
Este análisis incluye conocer cuáles son tus apoyos y si podrán acompañarte durante este periodo de preparación de las oposiciones.
En cuanto a conocer la situación de la convocatoria actual, es importante para crearnos unas expectativas realistas. El número de plazas disponibles y la ratio entre plazas y participantes nos permitirán saber si podemos ser más o menos positivos.
Unas expectativas demasiado optimistas o demasiado pesimistas llevan inequívocamente al opositor a sentir gran frustración. La primera de ellas al quedarse fuera sin habérselo planteado y la segunda, ser demasiado negativo, implica que el estudio ya de por sí difícil se vuelva un tormento.
Qué nivel de dedicación decides aportar a la preparación
Dependiendo de tu situación personal y de las oposiciones a las que te presentes podrás determinar cuánta dedicación y esfuerzo vas a dedicar a la preparación.
No es lo mismo la situación de un joven que acaba de terminar sus estudios y puede dedicarse en cuerpo y alma a la oposición al contar con el apoyo económico y social y familia y entorno. Que aquel opositor que se inicia en la ventura con un trabajo y una familia entre sus responsabilidades.
Esta dedicación no es algo que se realice a corto plazo sino que normalmente se hace a varios años vista, por lo que es importante marcarse un objetivo.
Si, por ejemplo, tengo poco tiempo para el estudio quizá me plantee las oposiciones a más largo plazo ya que con el tiempo del que dispongo no podré el alcanzar el nivel requerido hasta más adelante.
Piensa que será todo un cambio de vida
Ahora que hemos decidido que es algo que queremos, que sabemos que disponemos del tiempo y de los apoyos necesarios y que hemos marcado el objetivo, te aconsejamos que pongas la vista sobre lo qué realmente significa convertirse en opositor.
Preparar una oposición, aunque desde fuera de primeras no se vea, implica un cambio de vida. Estudiar es un trabajo más que, si solo te dedicas a ello, implica incluso más horas que un trabajo. Además, no está remunerado (se puede decir que pagas por ello) y parte de tu entorno no lo entenderá lo que conlleva un gran desgaste.
Mentalízate antes de implicarte en ello a que perderás muchas actividades que te gustaría hacer y dirás que no a muchos planes. Tu vida se organiza entorno al estudio y la preparación y puede que ese enfoque no cuente con el apoyo de parte de tu círculo de amistades.
Además, el tiempo dedicado a otras actividades que no sean las fundamentales será limitado por lo que produce relativa sensación de estancamiento sobre todo a nivel social. No desesperes porque encontrarás personas en el camino que te ayudarán mucho.
Deja fluir tus emociones
El periodo de preparación es muy complicado a nivel emocional. Tendrás que prepararte para fuertes bajadas de ánimo y a veces subidones de motivación. Ambas variaciones en parte inexplicables y en parte fruto del cansancio que se irá acumulando.
Es importante que sepas que tu ánimo va a afectar a tu estudio. Que, bastantes veces, no podrás cumplir tu organización perfecta y alcanzar todos los pequeños objetivos que te marques. En esos momentos para y reflexiona, desahógate con alguien y compártelo con tus allegados.
Es probable que no te entiendan por ello te recomendamos que al empezar a estudiar te abras a conocer a gente nueva que está en el mismo camino que tú y podrán ser de gran ayuda.
Como suelen comentar muchos preparadores, el opositor es una montaña rusa de emociones. Cuanto más te conozca y mejor más fácil te será afrontar las dificultades.
En el caso de que se vuelva muy complicado o que sientas que tus frustraciones, tristeza... son demasiado para ti solo también es aconsejable contar con la ayuda de un psicólogo clínico.
Es difícil pero no es imposible
Puede que todo lo que te hemos contado hasta ahora parezca desalentador pero ni mucho menos. La realidad es la que es, complicada, y no la podemos cambiar pero no implica que no podamos conseguirlo.
Conseguir plaza en unas oposiciones es algo que consiguen los mejores y no dejan de necesitar algo de suerte. Si es lo que quieres, adelante. Ya tendrás tiempo de probar otros caminos si no sale bien. Porque la vida no se acaba en las oposiciones aunque a veces lo parezca. No dejes de intentarlo sólo porque parezca difícil.
Con los consejos para crearte unas expectativas adecuadas que te hemos dado estarás preparado psicológicamente para enfrentar la preparación. ¡Ánimo y suerte!