La ansiedad no es solo un trastorno psicológico, sino que también es una reacción completamente natural del ser humano. Es decir, que tener ansiedad no es en sí mismo algo negativo; puede llegar a ser algo incluso positivo. Si la ansiedad aparece en una situación de peligro (que es lo que suele ocurrir), esta sirve para advertirnos de que algo está yendo mal, para ponernos sobre aviso y señalarnos que deberíamos comenzar a preocuparnos. Mas cuando esa ansiedad aparece en momentos en los que no hay peligro, en los que nos encontramos totalmente a salvo, estamos hablando de un trastorno que podría alterar nuestra forma de vivir, y que podría acabar siendo un problema serio. Es ahí cuando hablamos de trastorno de ansiedad.
Saber si realmente se tiene un trastorno de la ansiedad es muy complicado. Es fundamental que, si tienes algún tipo de duda, acudas a un psicólogo para que sea este el que te ayude y te guíe durante todo el camino. Solo un profesional podrá confirmarte si padeces este trastorno o si no, y solo él sabrá decirte qué pasos debes seguir para superar la ansiedad. Mas si tienes dudas, quizás conocer cuáles son los rasgos distintivos de la ansiedad pueda ayudarte. Porque así podrás ver si te sientes realmente identificado, o si, por el contrario, lo único que estás sintiendo es estrés acumulado por una etapa complicada.
No todas las personas padecen los mismos síntomas
Lo primero que debes saber es que, pese a que hay un cuadro determinado que muchas personas sufren cuando se les diagnostica ansiedad, no es algo que siempre se cumpla a rajatabla. Es decir, puedes cumplir uno de los síntomas, o siete, o tres; y, en todos los casos, estarás teniendo ansiedad.
Si notas que tienes una gran cantidad de preocupaciones constantes, recurrentes, que te agitan y no te dejan siquiera llevar tu vida con normalidad, deberías comenzar a plantearte la posibilidad de que tengas este trastorno. Por regla general, lo que más suele preocupar a una persona con ansiedad es su situación económica, su salud o su futuro; son cosas que, por mucho que se esfuerce, no podrá terminar de controlar al completo, y eso hará que su miedo comience a aumentar cada vez más. Preocuparse es positivo, ser consciente de que algo va mal también, pero la ansiedad no es eso. La ansiedad es sentir miedo por algo que únicamente es real en la cabeza de esa persona.
Puede que no sientas eso, pero sí que te sientas excesivamente nervioso ante la posibilidad de relacionarte con gente en público. Los seres humanos somos sociables por naturaleza, con lo cual lo lógico es que no huyamos siempre de las situaciones sociales; puede que un día no te apetezca estar rodeado de personas, pero si nunca te apetece estar con nadie, entonces es un problema. La timidez no tiene nada que ver con esto, porque una persona puede ser tímida y aún así disfrutar de la compañía de sus amigos, e incluso de conocer gente nueva. La ansiedad, de nuevo, va más allá de eso. Implica que la persona sienta palpitaciones, taquicardias, sudor... Porque, usualmente, la ansiedad trae consigo síntomas físicos, y no solo psicológicos.
Estos síntomas físicos son los más sencillos de detectar. Suelen ser, además de los que hemos mencionado anteriormente: la falta de aire, nauseas, temblores, mareos, insomnio y un temor tan profundo como inexplicable.
La ansiedad es un trastorno muy variado
La ansiedad es un trastorno complicado, sobre todo porque, según el 'Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales' hay siete tipos de trastornos de ansiedad especificados, y otro tipo de trastornos de la ansiedad donde se engloban todos aquellos que no han sido especificados. Cada tipo tiene sus propias características, sus síntomas específicos y, como hemos señalado, también depende mucho de la persona y de su situación específica el como se reflejen estos síntomas. Haciendo una especie de generalización amplia, es interesante saber que la ansiedad suele verse en cuatro aspectos distintos: mediante síntomas físicos, mediante una disociación, mediante un malestar mental o mediante una tensión física.
Es por esta complicación, por lo complejo que es este trastorno, que se recomienda que el primer paso, ante la duda, acudir a un profesional y contarle abiertamente los problemas que le ocupan. De esta forma, será mucho más fácil tanto diagnosticarlo como tratarlo.
Rasgos comunes de la ansiedad
Sí es cierto que hay unos rasgos que suelen tener en común las personas que padecen ansiedad y que, si tú te ves reflejados en ellos, podrías llegar a sufrir este trastorno. Por ejemplo: un exceso de control, querer controlarlo absolutamente todo, y que sus planes se cumplan justo donde y cuando quieran. Esto conlleva al perfeccionismo extremo y, con ello, a la desmotivación al ver que la perfección no existe.
Además, son personas que no saben reaccionar ante los pequeños problemas, que siempre están activas, que no saben estar sin trabajar porque se sienten "inútiles" si ven que no son productivos. Para ellos, todos los comentarios que alguien les haga será tomado como personal, y querrán agradar a todo el mundo; eso les llevará a no querer decir que no nunca, y a cargarse con más trabajo del que debieran haber hecho en un principio. A esto se suele unir unas ganas de huir inmensas, pero demasiado miedo a los cambios como para atreverse a hacerlo. Cuando una persona padece ansiedad, lo siente todo casi al extremo: sus emociones, sus estados de ánimo y, a su vez, también percibe con mayor claridad los estados de ánimo de los demás.
Mas que una persona tenga esas cualidades no la lleva a padecer ansiedad; simplemente son rasgos comunes que suelen tenerse. La ansiedad no es algo crónico, es algo que puede tratarse y cambiarse, y para eso es necesaria la terapia con profesionales. Las personas con ansiedad sienten que llevan un gran peso sobre sus hombros y, al ir recuperándose de este trastorno, notarán cómo este peso desaparece poco a poco. De ahí que sea fundamental el tratamiento, para que todos puedan continuar su vida con normalidad.