Con el avance de las nuevas tecnologías, cada vez son más las escuelas y los empleos que requieren que sus trabajadores se apoyen en ellas a la hora de presentar sus proyectos o ideas. Para ello, es importante no solamente dominar estos dispositivos, sino también saber exponer en trabajo realizado, de manera que la persona todavía es un factor clave a la hora de la creación de nuevas ideas y recursos.
Sin embargo, la exposición de esta tarea supone que la persona que la ha realizado sea capaz de explicarla con claridad, de manera que aquellos que la deban evaluar puedan comprenderla en su totalidad, valorándola de la manera correcta. Por esto, será tan importante el proyecto en sí como la presentación del mismo.
A muchas personas puede aterrarles la idea de tener que hablar en público, sean los espectadores simplemente dos personas o más de cien, indiferentemente. No obstante, cada día son más las escuelas, universidades y los empleos que precisan que sus trabajadores y estudiantes sean capaces de exponer sus ideas y trabajos sin miedo a hablar en público. Así pues, es muy importante aprender a hacerlo con tal de poder defender las ideas y el proyecto de uno, para que sean valorados como se merecen y puedan llegar a obtener las retribuciones que se desean.
Encontrar la causa del miedo a hablar en público
Antes de aprender a ganar soltura y a poder hablar en público con naturalidad y confianza en uno mismo, se debe aprender a encontrar el foco o la causa que genera este miedo. En muchas ocasiones son miedos irracionales, es decir, que no tienen razón de ser, porque las posibilidades de que sucedan las cosas que preocupan a la persona que tiene que hablar en público no son reales.
Por lo tanto, probablemente sea que tienen miedo a equivocarse, a hacer el ridículo, a que los demás no les comprendan o puedan reírse de ellos. Una manera de mitigar estos miedos será ganando confianza en uno mismo. Si uno es consciente de que ha realizado el proyecto a presentar de la mejor manera posible, cree en el mismo y se ha preparado la presentación a conciencia, seguramente será más complicado que pueda llegar a equivocarse, lo que disipará parcialmente sus miedos.
Además, la persona que tiene miedo a hablar en público debe ser consciente de que todo el mundo se pone nervioso cuando tiene que hacer una presentación frente a más personas, pero con el tiempo y con la experiencia, quizás después de haber hecho varias presentaciones, se dieron cuenta de que todos somos humanos y de que los errores pueden sucedernos a todos. Las personas que están en el público probablemente tengan empatía y puedan comprender si te falla la tecnología o te equivocas durante la presentación.
Lo más importante es que no tengas miedo y que sigas adelante, defendiendo tu idea como te mereces durante la exposición. Por eso, también es clave tener un plan b por si algo fallase poder tener recursos en ese momento para solucionarlo, lo que te dará mayor seguridad y te ayudará a tener menos miedo a hablar en público.
Busca la comodidad y la practicidad
Cuando estés preparando tu presentación debes tener en cuenta el público a quien se la vas a presentar, pero también el tema del que estás hablando. Quizás sea algo complicado o sencillo, pero indiferentemente de este factor deberás siempre utilizar un vocabulario y unas frases con las que te sientas cómodo. Si quieres hablar en un tono el cual no es el tuyo natural, probablemente te sea más complicado memorizar el texto, lo que te hará dudar durante la exposición y podría hacer que te equivocases o te quedases en blanco con mayor facilidad. Por lo tanto, busca ser tú mismo en cada frase y utiliza aquellas palabras con las que te sientas más cómodo, como si lo que estás explicando formase parte de tu día a día.
Practica todas las veces que sean necesarias, pero intenta no saturarte. Puedes hacerle la presentación a un amigo, a la pareja o a un familiar con tal de ir perdiendo el miedo, poco a poco, a hablar en público. Puede que al principio te dé mucha vergüenza, pero esta práctica te será muy útil para después poder hacer la presentación a otras personas que quizás no conozcas.
Recuerda que deberás controlar el tono y el volumen de tu voz. Intenta no hablar de una manera monótona, pero tampoco no cambies el tono de manera exagerada. El volumen deberá ser lo suficientemente fuerte para que pueda oírte todo el mundo, lleves o no micrófono, pero sin gritar. Recuerda que para una presentación quizás seas tú el que hable la mayor parte del tiempo, por lo que es normal que haya silencios y momentos en los que debas preparar cosas. No temas a dejar estos instantes sin hablar, ya que probablemente la audiencia también los agradezca.
Finalmente, utiliza gestos para memorizar tus palabras, como hacen los actores y no dudes en hacer alguna broma a tus interlocutores para sentirte más relajado y seguro en los momentos de tensión. Si crees que estos consejos no podrían ser suficiente, no dudes en contactar con un profesional de la salud quien te podrá aconsejar el mejor especialista para ayudarte a vencer tus miedos y a conseguir tus objetivos como te mereces.