Cuando una persona sufre en su propia piel un hecho muy violento, como puede ser un secuestro, un abuso sexual, malos tratos en el hogar, o incluso un acto terrorista, su dolor puede no acabar ahí. Al parecer, el noventa por ciento de las personas que son víctimas de un suceso así acaban padeciendo el conocido como trastorno de estrés postraumático.
El trastorno de estrés postraumático es un trastorno mental que puede afectar a todos los ámbitos de la vida de la persona que lo padece, convirtiendo su vida en un laberinto de obstáculos. Porque puede afectarle a nivel laboral, académico, familiar, sentimental e incluso social. Y es que lo más característico de este trastorno es que todo él en sí mismo surge tras haber sentido un gran pánico, tras haber estado sometido a una situación especialmente preocupante. Un ejemplo de esto es el atentado terrorista que tuvo lugar en Nueva York, en septiembre del 2001; tras este suceso, muchos de los supervivientes comenzaron a padecer trastorno de estrés postraumático.
Pese a que se pueda hablar de formas, trucos y pequeños consejos para ir superando día a día este trastorno, es fundamental que se cuente con la ayuda de un profesional. Tanto un psicólogo como un psiquiatra son fundamentales para superar este trastorno; sin una terapia en condiciones, todo el trabajo podría no valer para nada. Y es que igual que vamos al médico de cabecera cuando nos duele la cabeza, cuando tenemos algún tipo de trastorno que afecte a nuestra salud psicológica, es necesario pedir ayuda a un especialista. No debe haber complejos ni tabúes en este aspecto, puesto que estos solo nos perjudicarían a nosotros mismos.
Respecto a esto habló el doctor Pau Pérez-Sales en una entrevista, explicando que uno de los retos de la psicoterapia con el trastorno de estrés postraumático es conseguir que el paciente vuelva a situarse en el mundo, a sentirse cómodo en él. Cuando una persona nota cómo todos los cimientos de su mundo seguro se resquebrajan, cuando comprende que podría pasarle prácticamente cualquier cosa, puede llegar a generar un trastorno de este tipo. Es necesario conseguir superar este trastorno para retomar una vida feliz.
Algunos consejos que podrían ayudar
Para superar el trastorno de estrés postraumático, como hemos dicho lo primero es acudir a un especialista que dé el tratamiento médico necesario; normalmente será una terapia con cierta asiduidad para ayudar a la persona a detectar el trauma. Mas además hay otros consejos que pueden ayudar a que la persona se sienta mucho mejor, y vaya superándolo poco a poco.
Las tareas a seguir no son fáciles, no son sencillas, porque muchas de ellas implican revivir una y otra vez el suceso traumático para así comprender que no tiene por qué volver a repetirse. Uno de los consejos que se suele dar al respecto es, precisamente, escribir un relato sobre la experiencia en cuestión, tratando de añadir la máxima cantidad de detalles posibles. Esto es extremadamente complicado, sobre todo al principio; quizás preferirías empezar por escribir pequeñas frases, o palabras que te recuerden al suceso, e ir escribiéndolo todo poco a poco. Así irás sintiéndote más cómodo con el relato, irás asumiéndolo y, sobre todo, lo podrás superar.
Hay otras actividades que podrían resultarte mucho más agradables. Por ejemplo: sería buena idea que comenzaras a escribir en algún cuaderno todo aquello en lo que podría serte útil haber vivido ese suceso. Quizás te ha hecho más fuerte como persona, ha conseguido que aprendas cómo valerte por ti mismo, te ha enseñado a pedir ayuda cuando sea necesario, o te ha hecho valorar más tus días. Cualquier pequeño detalle puede ser importante, y te hará ver que no debes sufrir por algo que no puedes cambiar, si no agradecer que continúas día a día.
Plantéate unirte a un grupo de ayuda
Si escribir no te resulta atractivo, y pese a lo positivo que eso puede ser a la hora de ayudarte a superar el trastorno de estrés postraumático, siempre puedes recurrir a otras actividades. Por ejemplo, puedes aprender técnicas de relajación y meditación; aunque en un primer momento te pueda parecer algo absurdo o inútil, poco a poco irás viendo como tu mente se va vaciando de todo pensamiento tóxico durante esa meditación. Y es estado se prolongará durante horas, haciendo que el trastorno pase a un segundo plano. Si a eso le sumamos que te permitirá aprender autocontrol, y que favorecerá que controles cualquier tipo de ansiedad que pueda provocarte tu trastorno, verás como no es tan mala idea.
También puedes probar a hacer ejercicio al aire libre. No hace falta que corras, con andar te valdrá, siempre y cuando lo hagas de forma habitual. Salir a la naturaleza también te será de utilidad, porque te permitirá relajarte en condiciones. ¡Y evita cualquier sustancia que pueda alterar tu estado de ánimo! Nada de alcohol, nada de drogas: mantente sano, porque solo así podrá sanar tu mente al completo.
Si no tienes ninguna persona de confianza a la que quieras recurrir para contarle todos tus problemas, siempre puedes apuntarte a un grupo de ayuda. Si conoces a más personas que hayan pasado por lo mismo que tú, comprenderás que no estás solo en esta batalla, y que si otros lo han podido superar tú también lo harás. Pide ayuda siempre que la necesites; eso no te hace débil, sino inteligente. Porque hay que saber cuando se necesita ayuda, cuando es imposible curarse uno mismo. No cuentes solo con tus familiares y amigos, recuerda que también debes tratar todo esto con un especialista. Un trastorno de estrés postraumático se puede superar con trabajo, esfuerzo y un tratamiento adecuado; por mucho esfuerzo que hagas por tu cuenta, siempre necesitarás las pautas de un profesional para sanarte del todo.
No es imposible: hay mucha gente que ha superado un trastorno de este tipo y ha continuado con su vida, sacando incluso cosas positivas de todo lo que ha vivido. Así que no te rindas, lucha por ti, y verás como todo esfuerzo tiene su recompensa.