En muchas ocasiones las personas no hacen caso a sus instintos pensando que quizá no sea lo correcto o que si hacen caso a los instintos se equivocarán. Pero en cambio, todo el mundo conoce esa sensación de que hay algo que desde el estómago sabemos, que es como si las entrañas nos hubieran estado avisando de que había algo que sabíamos... El estómago nos indica las cosas que sentimos, y esto no solo es algo metafórico.
El cerebro y nuestro intestino están conectados por una vasta red de neuronas, químicos y hormonas. Cuando entramos en la oficina de nuestro compañero de trabajo o jefe para hablar las últimas cifras de ventas, echemos un vistazo a su expresión sombría y sentimos un nudo en los intestinos, eso es evidencia del que el eje cerebro-intestino está en plena acción.
Las bacterias lo confirman
Existen investigaciones que muestran que este eje del cerebro e intestinos que funciona tan bien para entender el instinto, tiene mucho que ver con las bacterias que se encuentran en el intestino de las personas. Estas bacterias envían señales al cerebro que afectan directamente el estado de ánimo de la persona e incluso, la visión que se tiene del mundo.
Además, estas bacterias necesitan estar sanas y para ello es necesario que se coman alimentos ricos en probióticos como el yogur. Los sentimientos intestinales que se tienen son más inteligentes de lo que podemos imaginar. Nos avisan de lo que sentimos realmente y también, de si lo que tenemos en frente es un peligro o no lo es (físico o emocional). ¿Alguna vez has escuchado hablar o has sentido las mariposas en el estómago?
Esas mariposas normalmente se sienten cuando se está enamorado y es un indicador de que hay un alto componente emocional que está entrando en acción. Pero quizá pienses que este instinto no siempre sea fiable. Entonces, ¿qué deberías tener en cuenta para poder confiar en tu instinto en el momento correcto?
Preguntas que debes hacerte
Existen una serie de preguntas que puedes hacerte para saber si realmente puedes confiar o no en tu instinto. Porque aunque a veces dudes de él, suele ser más certero de lo que te imaginas. Por eso, a partir de ahora hazte estas preguntas cada vez que tus intestinos entren en acción porque así podrás saber si debes hacerle caso.
- ¿Estoy realmente prestando atención a lo que me dice mi instinto sobre una decisión, o me estoy apresurando a juzgar para dejar de sentirme ansioso?
- ¿Estoy escuchando mis instintos porque me siento flojo por apoyar mis sentimientos con hechos, o realmente siento que sé lo suficiente como para realizar una acción?
- Si me siento con este instinto por unos minutos y dejo que mi cabeza se detenga, ¿permitiré que mi instinto cambie?
- ¿Mi instinto me dice lo que creo que es verdad basado en lo que sé o puedo descubrir, o estoy prestando más atención a las verdades de los demás?
- ¿Sé lo suficiente sobre la decisión de poder defenderla más allá de decir "Confía en mí", si otros la desafían?
- ¿La información que estoy recopilando para evaluar mi reacción intestinal hace que mi intestino se calme o le da una sensación plana o problemática?
Son preguntas que deberás reflexionar para saber si realmente lo que te está sucediendo es correcto, si lo que sientes es lo que debes seguir o si es mejor que no entres en acción. Normalmente será en momentos de estrés emocional cuando tu estómago comience a hablarte, por eso, deberás estar atento/a a todo lo que te dice. Escucha a tu cuerpo porque es el que mejor te conoce y el que quiere lo mejor para ti a toda costa.