No todo el mundo sabe romper con una persona que ha sido importante cuando se debe, esto puede ocurrir por muchas razones diferentes. Algunas personas tienen miedo a estar solas, otras prefieren acomodarse en la situación porque han invertido demasiado tiempo y esfuerzo y creen que rendirse no es una opción, etc. Pero seguir en una relación que hace daño, no es bueno para nadie.
Son muchas las personas que informan las señales de que una relación está a punto de romperse, tiene fecha de caducidad o ya está rota pero los integrantes solo miran hacia otro lado para no afrontar la realidad. Saber exactamente cuándo debe terminar una relación es una tarea difícil. Depende de las personas involucradas y de la situación en la que viven. Pero existe evidencia bastante consistente sobre las señales de ruptura de una relación.
Cuando se presentan los cuatro comportamientos que comentaremos a continuación habrá un 93% más de probabilidades de divorcio en una pareja. Los expertos llaman a estos comportamientos, 'los cuatro jinetes' y tanto en parejas casadas y no casadas, son igual de destructivos.
El primer jinete: la crítica
La crítica es diferente de la queja. La crítica es sobre el otro como persona y no sobre las acciones o comportamientos problemáticos.
- Ejemplo de queja: Yo friego los platos mientras tú estás viendo la televisión en el sofá.
- Crítica: Eres un egoísta, no piensas en cómo me siento cuando friego los platos cuando deberías estar haciéndolo tú. Eres un vago. A ver si piensas más en otras personas y no tanto en ti.
Cuando la crítica está presente en una relación, no significa que esté condenada a terminar para siempre. De vez en cuando, cuando se está enfadado, se puede recurrir a las críticas. Pero cuando se vuelve generalizado y cuando es la única forma en que se pueden plantear problemas entre una pareja, hay un gran problema.
Si criticas a tu pareja constantemente o sientes que tu pareja te critica constantemente, es solo cuestión de tiempo antes de que se convierta en algo más desagradable: el desprecio. La relación puede ser rescatable en este punto, pero es una mala señal y debería hacerte considerar si irte puede ser una mejor opción.
El segundo jinete: el desprecio
Mostramos desprecio, generalmente, cuando tratamos a los demás con falta de respeto. Insultamos a los demás, usamos el sarcasmo, los imitamos, ponemos los ojos en blanco o nos burlamos de ellos. Los llamamos nombres o los ridiculizamos. El propósito de este comportamiento es disminuir el otro, hacer que se sientan inútiles.
Si alguna vez te han tratado con desprecio, sabes cuánto duele. Y tratar a una pareja con desprecio demuestra que no tienes respeto por esa persona, por sus sentimientos o sus necesidades. Cuando el desprecio está presente en una relación, es una gran bandera roja. Significa que la pareja ha dejado de respetarse mutuamente como pareja y ahora solo están tratando de hacer valer el dominio. Ya no queda más amor ni respeto, y la animosidad y el resentimiento crecerán.
Si tu pareja te está tratando así, es que ya no se preocupa por ti. Si tu pareja te trata con desprecio pregúntate por qué estás aún a su lado. Si no hay respeto en una relación, hay pocas posibilidades de que se pueda salvar la pareja.
El tercer jinete: la defensa
Estar a la defensiva significa tratar de evitar la responsabilidad por las propias acciones. Podemos estar a la defensiva cambiando la culpa a situaciones externas, pero la mayoría de las veces estamos a la defensiva cambiando la culpa a la pareja que exige la responsabilidad. Aquí hay un ejemplo de una reacción defensiva: 'Siento que nuestra vida sexual no va bien porque no prestas atención a mis necesidades sexuales'.
Estar a la defensiva puede acompañar el desprecio, como lo muestra el ejemplo anterior. La pareja no está escuchando la preocupación del primer socio y solo está tratando de desviar la culpa hacia ellos. No quieren ser responsables por su falta de atención a las necesidades de las parejas.
En general, a los humanos no les gusta que les digan que están haciendo algo mal o que están lastimando a otras personas. Tenemos la tendencia a querer pensar bien de nosotros mismos, y conversaciones como esta amenazan nuestra autoestima... por lo que se evitan o se evaden. Sin embargo, estar en una relación significa navegar por los sentimientos, necesidades, deseos, valores y ambiciones de dos personas; significa ser conscientes de que podríamos hacer cosas que pueden herir a otra persona, incluso cuando no lo decimos en serio.
Estar constantemente a la defensiva en una relación es una mala señal. Significa que el compañero defensivo no está dispuesto a mirar su propio comportamiento y ajustarlo para detener lo que está dañando a la otra parte de la pareja. Significa que el compañero defensivo trata al otro como un simple objeto para satisfacer sus necesidades y no como una persona con necesidades, sentimientos e ideas propias.
Si tu pareja está usando una actitud defensiva constantemente o está reaccionando a la defensiva ante tus intentos de discutir las cosas para mejorar la relación, quizás sea hora de que eches un vistazo a tu relación. Puede que sea hora de acabar con las cosas... y no perder más el tiempo.
El cuarto Jinete: el muro de piedra
Cuando una relación parece un muro de piedra es porque la comunicación se ha roto del todo. El muro de piedra tiene muchas formas diferentes: conversaciones que no se realizan, castigos de silencio, abstinencia de emociones en la pareja, falta de respuestas...
Este jinete es el más poderoso de todos para destruir la relación porque si realmente ha llegado, es mejor replantearse si merece la pena seguir o no con la relación. Esta es la sensación cuando prefieres hacer otra cosa que tener una conversación o hacer algo con tu pareja. Solo hablas cuando es absolutamente necesario. Cuando una relación ha alcanzado la etapa de obstrucción, es muy difícil (aunque no imposible) recuperarse. Pero debería ser una señal muy clara de que tal vez es hora de seguir adelante con tu vida.
En última instancia, será tu decisión cambiar a mejor o seguir igual...