¿Cómo ves el vaso medio lleno o medio vació? ¿Eres optimista o eres negativo? ¿Qué es mejor para tu salud? ¿Y para lograr tus objetivos en el futuro? Estas son solo algunas cuestiones que han preocupado a los amantes de los libros de autoayuda. Lo cierto es que tender a ver las cosas de forma positiva o centrarnos solo en los aspectos negativos van a influir en nuestro estado de ánimo y pueden interferir en nuestra forma de comportarnos, por ejemplo, si vemos los fracasos como una oportunidad para aprender y fortalecernos estaremos mejorando nuestro autoestima y aparte de sentirnos mejor nos volveremos más competentes.Pero, ¿significa que tenemos que estar continuamente viendo el aspecto bueno de las cosas? ¿Es esto realista?
¿Funciona tener una actitud optimista?
Tener una actitud optimista ante la vida está relacionado con una mejora integral de la salud de la persona en el sentido de que a menor preocupación por las cosas menores niveles de ansiedad y estrés se van a tener, de eso no hay duda. Una persona despreocupada va a sentirse mejor tanto física como psicológicamente, no se puede negar. Pero ¿ayuda esto a conseguir tus metas en el futuro o es solo una falsa ilusión?
Por otro lado, los que defienden que ser optimista no garantizan nada se basan en que por muy buena actitud que tenga una persona, si solo se queda en eso no va a lograr sus deseos, por tanto no se deben negar los pensamientos negativos e intentar evitarlos, si no aprovecharlos para saber que es lo que nos está incomodando y hacer algo para cambiarlo. Suprimir los pensamientos negativos nos vuelven inconscientes y también tiene efectos adversos sobre nuestra salud. Es un golpe duro a la Psicología Positiva que nació de la mano del americano Peale con su libro "El poder del pensamiento positivo". En este libro se defendía que siendo optimista se conseguirán tus objetivos y que todo lo que te ocurre en la vida es una cuestión de carácter. Sin embargo, desde esta perspectiva a menudo se confunde el tener una actitud positiva con ser idiota. Está claro que no todo te va a ir bien solo por pensarlo... Aunque hay gente y oradores que defienden esto último no es correcto meter toda la variedad de opiniones que defienden el optimismo en el mismo saco y reducirlas.
Tener una actitud positiva no significa vivir con una falsa ilusión de invulnerabilidad, si no de ver los fracasos como oportunidades de mejorar, centrándonos en buscar soluciones en vez de recrearnos en la frustración y desamparo que sentimos y que nos deja en el lugar de víctimas. Una actitud positiva puede ayudarnos en el sentido de que nos activa y nos obliga a movernos y cambiar la situación en la que estamos.
Por otro lado, tener una actitud optimista no significa negar los aspectos malos, por supuesto que se tienen en cuenta, los reconoces, los experimentas y los ves como una oportunidad para seguir creciendo, a partir de ahí no te recreas ni piensas que el futuro es incambiable, al contrario, te mueves para cambiar la situación en la que te encuentras porque sabes que ERES CAPAZ de ello si se le pone empeño, esfuerzo, ganas, sudor y lágrimas. Solo con pensar en positivo no funciona, tienes que hacer acciones, pero para ello tienes que estar motivado primero, de eso se encarga la actitud positiva, de motivarte a cambiar el estado en el que te encuentras. Pero claro, creer que el futuro va a cambiar solo por pensarlo no es de ser positivos si no de ingenuos.
Entonces, ¿qué es mejor?
Ni positivo ni negativo, realista. Cuando nos ocurre algo tenemos que reflexionar y recrearse en nuestra desgracia lo justo porque llega un momento en que darle vueltas no nos va a hacer sentir mejor ni nos va a ayudar a resolver el problema. Hay que huir de los pensamientos catastróficos y exagerados que solo nos hunden más en el pozo pero tampoco podemos irnos al otro extremo porque la vida no siempre es maravillosa ni vivimos en los mundos de Yupi. Por ejemplo, si te despiden del trabajo podemos cambiar el típico pensamiento de "no encontraré trabajo en la vida" por "me costará bastante volver a encontrar trabajo tal y como están las cosas ahora, pero si sigo echando CVs acabaré por hacerlo". Repetirse un mensaje u otro marca una gran diferencia a nivel emocional y tampoco te estás autoengañando.
Debemos huir de toda corriente que fuerce a uno a pensar de forma positiva pero también es cierto que recrearnos en nuestra desgracia no nos motiva al cambio solo nos ancla en el papel de víctima. No es lo mismo calificar a algo de "malo" que de "terrible", lo primero tiene solución, lo segundo parece irreversible... Es muy difícil mantener la calma y ser racional cuando la vida te da golpes duros pero hay al menos que intentarlo.
¿Cómo ser más realista cuando vemos nuestro futuro negro?
Lo primero es encontrar los adjetivos correctos y eliminar palabras como "terrible", "desastroso", "imposible", etc. Si nos ha pasado algo muy duro y crees que estás exagerando las cosas puedes probar la siguiente técnica: haz una linea horizontal y a la derecha del todo pon la palabra "maravilloso", a la izquierda "terrible o desastre", en medio de ambos pon "normal". Después escribe abajo y de forma objetiva lo que te ha ocurrido, por ejemplo "mi pareja me ha dejado", sin aportar cargas emocionales ("después de 3 años me ha hecho sufrir mucho"). Intenta ponerlo en el lugar de la recta que le corresponde. Ahora bien, ¿de verdad es tan terrible? Entre terrible y normal hay bastante distancia: terrible, muy malo, malo, algo malo...
Para ayudarte tendrás que comparar otro hecho con otras circunstancias que podrían haberte pasado y que son todavía peores; ¿tienes familia? ¿amigos? ¿casa? ¿un plato caliente que llevarte a la boca? ¿Sigue estando ese hecho todavía en "terrible"? Después puedes escribir abajo una tormenta de ideas que podrían mejorar aunque sea un poco tu estado actual. Estas dos técnicas tan sencillas te ayudarán a alejarte un poco de la situación, sin dramatizarla y sin caer en el positivismo barato.