Aunque nos pueda costar creerlo, el estrés es una respuesta natural de nuestro organismo tan necesaria y útil que nos ha permitido sobrevivir como especie y que permite, en definitiva, nuestra existencia diaria. Ahora bien, sí es cierto que nuestro mundo es muy diferente a aquel de nuestros antepasados.
El estrés era y es útil cuando hay un imprevisto, nos enfrentamos a algo muy importante... en definitiva cuando se trata de algo puntual. Nuestro cuerpo reacciona priorizando nuestros órganos vitales, nuestra atención se agudiza y nuestro pensamiento se acelera para buscar la solución. Así conseguimos dar respuestas rápidas y certeras que nos ayudan a seguir adelante. Sin embargo, si esta respuesta se mantiene mucho tiempo el organismo se agota física y mentalmente y nos terminamos sintiendo mal.
Si estás en esta fase de agotamiento en la que el estrés puede contigo seguramente te estés planteando qué hacer. Pues bien, lo primero de todo es pararse a pesar y reflexionar sobre cuál es la mejor opción para copar con la situación.
¿Debo cambiar de vida?
Suele ocurrir con preguntas tan amplias que la respuesta no es algo absoluto de sí o no. Como señalábamos el estrés surge a partir de los acontecimientos vitales por lo que está íntimamente ligado a nuestro estilo de vida.
La forma en la que vivimos, que se ha ido conformando y consolidando a lo largo de tiempo, es algo que depende de muchos factores. Cada uno tiene su forma de llevar su vida laboral, familiar y social. Esto dentro del ámbito más cercano, si nos vamos más allá la sociedad en su conjunto también nos afecta y nos cambia de formas diferentes. Hay personas a quien la situación política les causa mucho estrés mientras que a otros les preocupan más las especies en extinción.
Pensar en cambiar de vida, si lo vemos desde esta perspectiva es muy difícil. Tomando el ejemplo de estrés en el trabajo, no todo el mundo puede decidir dejar de trabajo y buscar otro, o cambiar de jefe porque ven que ese es su problema. Entonces habría que buscar otra alternativa.
¿Debo superar el estrés?
Como ocurría con la pregunta anterior, es difícil responder. Depende de qué entendamos por superar el estrés.
Muchas personas cuando se plantean que deben superar el estrés o ansiedad se ponen el objetivo de controlarlo. Teniendo en cuenta que muchas veces el estrés surge a partir de intentar controlar situaciones o hechos que no podemos controlar, intentarlo supone echar más leña al fuego.
¿Debo resignarme?
Esta pregunta ya es más fácil: absolutamente no. El estrés es real y es algo que te afecta y que a la larga se ha demostrado que puede causar problemas de salud importantes. Se puede superar el estrés, pero lo que nunca puede ser nuestra meta es eliminarlo. No es una solución posible, porque como comentamos al inicio es inherente a la vida.
Como consecuencia de no poder eliminarlo, para superar el estrés lo primero que debemos hacer es aceptarlo. Asumir que se trata de una parte de la vida que, aunque a veces pueda ser fastidiosa, está ahí y debemos aprender a vivir con ella.
No puedes cambiar tu vida para librarte de él pero sí puedes ajustarla según tus circunstancias. Unas pautas sencillas para reaccionar al estrés de forma más saludable son las siguientes:
1. Descansa lo suficiente. Puede parecer una tontería pero sin un buen descanso es más probable que todo lo demás se desmorone. Descanso incluye tanto las suficientes horas de sueño como encontrar un momento de disfrute que nos permite desconectar de las obligaciones diarias.
2. Come bien. No se de estar todo el tiempo pendiente de comer sólo cosas saludables sino de mantener una dieta equilibrada (incluyendo caprichos de vez en cuando). Hacer entre 3 y 5 comidas diarias y mantenerse hidratado es básico para enfrentarse a las dificultades.
3. Busca alguna vida de escape o relajación. Hay muchas técnicas de relajación que ayudarán a regular la alteración fisiológica que supone el estrés. Cada uno se adapta mejor a un tipo de relajación desde disfrutar de un baño hasta la meditación.
4. No es necesario estar siempre preocupado. No debemos ni podemos controlar todo. Esto suele pasar porque tenemos la tendencia de pensar constantemente hacia el futuro. Intentamos anticipar todo lo que puede ocurrir pero es algo imposible que nos puede causar más bien que mal. Céntrate en el presente y en las cosas realmente importantes.
5. Diviértete un poco. En relación con lo anterior, a veces nos preocupamos tanto que se nos olvida dedicarle tiempo al ocio. Nuestro tiempo libre de trabajo es una fuente muy importante de bienestar. Es muy útil completarlo con deporte y compartirlo con nuestros seres queridos.