Epicuro vivió entre el año 341 a.C y el 270 a.C. Estaba de acuerdo con otros filósofos acerca de que la felicidad era nuestra búsqueda humana final, pero sugirió algo muy diferente a lo que otros habían propuesto en términos de cómo podría verse esto en nuestra toma de decisiones y comportamientos. Muchos filósofos de la época y posteriores decían que experimentar placer y felicidad significaba permitirse disfrutar de las cosas en exceso. En cambio, Epicuro, pensaba que el placer se puede encontrar en las cosas más sencillas de la vida.
El estilo de vida siguiendo el Epicureísmo
Para experimentar tranquilidad, Epicuro sugirió que podríamos buscar el conocimiento de cómo funciona el mundo y limitar nuestros deseos. Para él, el placer debía ser obtenido a través de cosas tales como:
- Conocimiento
- Amistad
- Comunidad
- Viviendo una vida virtuosa
- Viviendo una vida templada
- La moderación en todas las cosas
- Abstenerse de los deseos corporales
El término templado, como en vivir una vida templada, significa un estilo suave o modesto. Entonces, aunque sugirió que estamos motivados a buscar placer, Epicuro tuvo una idea muy diferente de cómo se veía eso en la vida diaria. Lo llamaba "hedonismo sereno".
El término hedonismo en filosofía se refiere a la noción de que el placer es la búsqueda más importante de la humanidad y la fuente de todo lo que es bueno. Las personas consideradas hedonistas son aquellas que hacen del trabajo de su vida experimentar el máximo placer. Sus decisiones y comportamientos están motivados por el deseo de experimentar placer.
El secreto para la felicidad
Epicuro tenía pensamientos sobre el placer, los deseos, el estilo de vida y mucho más cuando se trataba de alcanzar la felicidad. Hay tres estados que Epicuro considera que constituyen la felicidad: la tranquilidad, la libertad del miedo y la ausencia del dolor corporal.
Esta sería la combinación de factores lo que, en última instancia, permitiría a las personas experimentar la felicidad al más alto nivel. Aunque parezca imposible de alcanzar o sostener, hay personas que siguen creencias epicúreas y buscan experimentar este nivel de felicidad en sus vidas.
Hay un factor que Epicuro sugirió que tiene el poder de destruir el placer, que es la ansiedad sobre nuestro futuro. Aunque sugirió que esto tiene más que ver con no temer a los dioses ni a la muerte, la idea de que tendríamos miedo de cualquier cosa en nuestro futuro se consideraba un obstáculo para nuestra experiencia de placer, tranquilidad y felicidad.
Placer y dolor
Epicuro identificó dos tipos de placer (en movimiento y estático) y describió dos áreas de placer y dolor: físico y mental. El placer en movimiento se refiere a estar activamente en el proceso de satisfacer un deseo. Un ejemplo de esto podría ser comer alimentos cuando tienes hambre. En esos momentos estamos tomando medidas hacia nuestro objetivo de placer previsto. El otro tipo de placer, el placer estático, se refiere a la experiencia que tenemos una vez que se cumple nuestro deseo. Para usar el ejemplo de comer alimentos cuando tenemos hambre, el placer estático sería lo que sentimos una vez que comemos. La satisfacción de sentirse lleno, y ya no estar en necesidad (con hambre), sería un placer estático.
Los placeres físicos y los dolores, tenían que ver con el presente. Los placeres y dolores mentales tienen que ver con el pasado y el futuro. Ejemplos de esto podrían incluir recuerdos positivos de eventos o experiencias pasadas que nos traen sentimientos de alegría o placer o, por el contrario, recuerdos desagradables de nuestro pasado que nos traen dolor. Al mirar hacia el futuro podemos sentirnos esperanzados o temerosos, experimentando placer o dolor por lo que está por venir.
Otros aspectos a tener en cuenta
Epicuro también tenía en cuenta los deseos, que podían ser naturales y necesarios (por ejemplo comida y refugio), no necesarios (como por ejemplo productos de lujo) o vanos y vacíos (como por ejemplo la riqueza y la fama). Son los básicos y necesarios los que nos puede ayudar a encontrar la felicidad.
En cuanto a la amistad Epicuro dejó claro su importancia en la vida de las personas para encontrar el placer y la felicidad. Apostaba por la sensación de seguridad que proporcionan las amistades y que la vida individualista no es ni mucho menos la adecuada para ser feliz.