Quizá alguna vez hayas escuchado o te hayan dicho que no está mal simular las cosas hasta que te salen de forma natural. Esto puede ser por ejemplo, fingir confianza en una entrevista de trabajo cuando te sientes muy nervioso o sonreír para sentirte mejor cuando estás triste, aunque esa sonrisa sea totalmente falsa.
Este consejo también se puede aplicar a cosas que alivian el estrés para inducir la felicidad, como esforzarte en parecer extrovertido o repetir en tu cabeza afirmaciones positivas. ¿Realmente funciona falsificar la positiva o es contraproducente para ti? En ocasiones puede funcionar, pero en otras... puede hacer más daño que bien.
Fingir la sonrisa
Es habitual escuchar que una sonrisa falsa puede producir una verdadera... o también puede que hayas escuchado que si te sientes triste y sonríes puede empeorar tu estado emocional. En realidad, ambas afirmaciones son ciertas. Cuando sonríes como una forma de reprimir sentimientos molestos, puede hacerte sentir peor.
Forzar una sonrisa puede incluso ayudar a las personas deprimidas a sentirse mejor. Pero si tu siempre haces frente a la infelicidad forzando una sonrisa y disimulando tu molestia interna, puedes tener severos problemas emocionales. Puede que te sientas falso y que intentes evitar esas emociones incómodas que deberías comprender para poder sentirte mejor.
Si finges estar bien cuando no lo estás, las personas que están cerca de ti podrían no saber que estás mal y por tanto, no te brindarían el apoyo que necesitas para sentirte mejor. Sonríe siempre que lo necesites, pero intenta ser real siempre para procesar tus sentimientos de una forma saludable.
La sonrisa puede ayudar
Aunque por otra parte, si te sientes mal la sonrisa puede ayudarte, siempre que entiendas tus emociones y las expreses de forma saludable. Si sonríes aunque no tengas ganas aumentarás tus sentimientos positivos gracias a la sonrisa falsa. El cuerpo y la mente se comunican y puedes intensificar una emoción si la expresas físicamente. Es como si comienzas a caminar erguido... ¡sentirás mayor confianza en ti!
Es buena idea que te centres en las cosas buenas de tu vida y que recuerdes lo último que te haya pasado divertido. Concéntrate en esas cosas que te pueden hacer reír de forma natural. Lo importante en todo esto es recordar que las sonrisas reales son preferibles, aunque ambos tipos pueden traer beneficios para ti. Si puedes pensar en cosas que realmente te hagan feliz como una manera de cambiar tu punto de vista y hacerte sentir como lo haces al sonreír, hazlo. Pero si no puedes llegar a ese tipo de lugar feliz en segundos, fingir una sonrisa es un atajo simple que a menudo funciona.
En conclusión, si simulas una sonrisa para aumentar tu felicidad, esto funciona bien si piensas en la sonrisa como un reflejo de bienestar emocional. Si simulas una sonrisa para evitar manejar tus sentimientos o las cosas que te hacen sentir triste, o si piensas en una sonrisa forzada solo como un truco para que parezcas feliz ante los demás, esto puede hacerte sentir peor a largo plazo. Pero si la sonrisa te hace sentir mejor, ¿por qué no sonreír? ¡Te sentirás maravillosamente mejor en pocos segundos!
Ponlo en práctica
A partir de ahora, pon en práctica esto y te darás cuenta cómo la sonrisa te puede ayudar a estar mejor. Sonríe por la calle a las personas y te verás como los demás te devuelven la sonrisa. ¡Porque la sonrisa es contagiosa y a los demás les encanta ver caras sonrientes! Te sentirás mejor y poco a poco podrás sonreír casi sin darte cuenta, ¡se acabó el ceño fruncido para siempre!
Recuerda que para que funcione la sonrisa en ti aunque sea algunas veces falsa, tendrás que entender tus emociones, ponerles nombre y sobre todo saber por qué aparecen en ti. Si te sientes triste, busca la causa que lo provoca para encontrarle solución y no finjas delante de tus seres queridos, ¡porque el apoyo social es esencial para sentirte mejor!