No hay nada mejor para calmar los nervios, para relajarse adecuadamente, que realizar cualquier actividad que nos resulte lo suficientemente entretenida y relajante como para hacer que nos olvidemos de absolutamente todo. Los hobbies no solo nos hacen desconectar del mundo exterior y centrarnos más en nosotros mismos sino que, además, nos permiten llevar a cabo técnicas de relajación más eficientes que cualquier meditación. Y es que meditar no es apto para todo el mundo; si bien es cierto que la meditación, y actividades como el yoga o pilates, son muy prácticas en este sentido, no todas las personas tienen la misma capacidad para relajarse hasta ese punto.
En ocasiones, esta aparente inactividad puede acabar haciendo que nuestros nervios aumenten en lugar de disminuir. Y, para eso, no hay nada mejor que elegir algunos hobbies y llevarlos a cabo. Pero seguro que te estás preguntando que qué hobbie debes elegir, ¿verdad? Porque hay cientos, ¡miles! Lo cierto es que para cada persona un hobbie funcionará mejor que otro, y mientras que habrá quien prefiera escribir para pasar el rato, otros optaran por la fotografía, la pintura o el punto. Si aún no tienes un hobbie o una actividad que te guste hacer en tu tiempo libre, aquí vas a poder leer una recopilación de diez hobbies que te servirán como técnica de relajación y que entretendrán tu nerviosismo.
1. ¡Escribe! ¡Escríbelo todo!
Escribir un diario es una de las mejores estrategias para poder ver todo lo que te sucede con una perspectiva totalmente distinta; te permite, al ir plasmando en un papel lo que te sucede, verlo desde fuera. No tienes por qué escribir todos los días si no tienes tiempo (aunque sería lo suyo), pero sí dos o tres veces en semana, incluso cinco, si ves que puedes permitírtelo. ¿Sobre qué? Esto es lo mejor de todo: ¡puedes escribir sobre cualquier cosa!
Tus nervios irán desapareciendo conforme vayas plasmando tus ideas, sentimientos o incluso deseos en un papel en blanco. Porque será casi como contárselo a alguien, aunque estarás siendo tú el que reflexione sobre el tema.
2. ¿O prefieres dibujar?
Puede que escribir no sea lo tuyo, y no pasa absolutamente nada. ¡Quizás prefieres dibujar! Si ese es el caso, cómprate un cuaderno, lápices que te gusten mucho (o rotuladores, ceras, bolígrafos...) y dedícate a ti mismo unos diez o quince minutos al día. O cada dos días. Muchos psicólogos recomiendan a sus pacientes que opten por la pintura si sienten ansiedad, porque no solo es una actividad creativa sino también catártica.
3. Libros para colorear
Si no te gusta escribir, y dibujar no te parece lo suficientemente relajante, siempre puedes optar por colorear. Ahora mismo hay una cantidad casi incontable de libros en venta para colorear, pensados para adultos. Es otra de las técnicas de relajación más famosas del momento, y permiten que la persona se concentre tanto en el dibujo que deje de pensar completamente en sus problemas.
Como todas las actividades, no sirven igual para todo el mundo; la clave es que vayas probando, y te acabes decidiendo por el hobbie que más cuadre contigo.
4. Tejer y coser
Puede que hayas pensado siempre que eso de tejer, o coser, es algo de personas mayores. Y no, nada más lejos de la realidad: es una actividad que hará que tus nervios desaparezcan por completo, y que te permitirá relajarte casi al momento. ¡Y esto sí que es apto para todo el mundo!
Tejer, coser, hacer punto de cruz... Cualquiera de estas actividades te hará el mismo efecto, te abstraerá y acabará encantándote.
5. Hacer deporte, cualquier tipo de deporte
De todos los hobbies posibles, no hay uno más satisfactorio que el deporte. ¡Cualquier tipo de deporte! La actividad física hará que tu cuerpo genere endorfinas, hará que te sientas mejor y te ayudará a eliminar absolutamente todo el estrés.
Puedes probar corriendo, haciendo pesas, entrando a cualquier clase colectiva, dando paseos más o menos largos, bailando en casa, practicando yoga... ¡Todo vale! La clave es que ese se convierta en un momento para ti, únicamente para ti. No hay nada mejor para la relajación que la actividad física.
6. Disfrutar de la naturaleza
Si te sientes triste, apagado, o simplemente sin ganas de hacer nada, la mejor actividad por la que puedes optar es aquella que requiera estar en plena naturaleza. Andar, correr, o incluso coger la costumbre de hacer un picnic todos los domingos. Todo eso te ayudará a eliminar el estrés de la ciudad y del ritmo cotidiano.
7. La lectura
Otra actividad que puede ser especialmente útil para relajarte es la lectura. Hay tantos tipos de libros, tantos géneros diferentes, tantas historias por leer... ¡Que tus gustos dan igual! Siempre habrá un libro para ti. Romanticismo, juvenil, fantasía, ciencia ficción, guerra, terror... Elige algo, indaga un poco en internet, selecciona un libro, cómpralo y a disfrutar.
8. Cocinar
Hay gente cuyo nerviosismo desaparece automáticamente cuando se deciden a cocinar. Es entrar en la cocina y desconectan del mundo, comienzan a pensar únicamente en lo que tienen entre manos y hasta que no terminan, no dejan de estar concentrados solo en eso. ¡Y eso es maravilloso!
Nadie empieza a cocinar siendo un especialista, así que no te preocupes si al principio tus platos no son dignos de programas de cocineros. Limítate a ir aprendiendo, ir disfrutando y, sobre todo, relajándote a la par que cocinas.
9. ¿Has probado con los puzzles?
Si ninguno de los hobbies que te hemos mencionado antes te convence, ¡puedes probar con los rompecabezas! Esto sí que hará que te relajes, porque requerirá toda tu atención e impedirá que le des vueltas a cualquier problema que te rodee.
Puedes intentarlo con los puzzles normales, con los cubos de rubik, con los puzzles en 3D... ¡Hay miles donde elegir!
10. La caligrafía puede ser tu nueva gran pasión
Para los más atrevidos, siempre hay actividades diferentes, más curiosas. Una de las más famosas últimamente es la caligrafía (también conocida como lettering), y es que no solo es relajante y satisfactorio, sino que también podrías acabar sacándole provecho económico. Tendrás que hacerte con unas cuantas herramientas antes de comenzar, sí, ¡pero merecerá la pena!