A medida que las TIC se han ido desarrollando, el teletrabajo se ha descubierto como una modalidad laboral cada vez más extendida, asentada y normalizada. Se trata de un sistema de trabajo en el que la persona desarrolla su labor sin la necesidad de acudir a la sede física de la organización para la que trabaja. Se presenta como una modalidad de trabajo muy habitual en labores periodísticas, de diseño, ilustración, en el terreno de la informática o lo relacionado con el mundo editorial, como traducción o corrección de publicaciones.
El teletrabajo presenta ventajas e inconvenientes que han sido ampliamente investigados a través de la literatura científica. Respecto a las ventajas, la más obvia es poder desarrollar la labor viviendo en cualquier esquina del planeta. Es posible que un dibujante de cómics viva en Ávila y trabaje para una de las grandes editoriales norteamericanas, por ejemplo. Ahorrarse los desplazamientos al trabajo permite pasar más tiempo en familia, y en teoría el trabajador tiene más autonomía a la hora de organizar sus tareas y horarios.
Por contra, los principales problemas asociados a este tipo de trabajos han requerido de un análisis específico, ya que en muchos casos no coinciden con las problemáticas vinculadas a puestos de trabajo presenciales. De esta forma, algunos de los problemas que pueden surgir del teletrabajo son: una tendencia a la sobrecarga de tareas, ya que es muy habitual que el teletrabajador se rija en base a objetivos y no en base a horarios; desarrollo de estrés fruto de un entorno poco estructurado,y también se ha observado cierta tendencia a experimentar ambigüedad de rol, ya que al no estar en la sede de la organización es probable que surjan dudas sobre el papel que cierto trabajador juega en el organigrama organizacional. También, respecto a la salud física se pueden desarrollar problemáticas vinculadas al sedentarismo; de igual forma, uno de los principales problemas de este tipo de puestos es la falta de ergonomía en el entorno laboral. El objetivo de este artículo es desarrollar una serie de pautas preventivas respecto a estos riesgos, que son los que de una manera consensuada ha ido recogiendo la literatura científica del campo.
Habría que hacer una puntualización respecto a diferentes formas de desarrollar el trabajo a distancia, ya que hay modalidades completas y mixtas. Posiblemente lo más frecuente de un teletrabajador es que el 100% de su desempeño se realice fuera de la organización, desde casa o cualquier otro sitio. Sin embargo, hay ocasiones en las que el desempeño se combina entre parte de las jornadas en la sede de la organización y otra parte fuera de ella. Este modelo mixto se ha utilizado principalmente con dos fines: por un lado, con el pretexto de facilitar la conciliación familiar, por otro, con como una medida de prevención de riesgos laborales. El primer pretexto es, desde su propia formulación, falso, inútil y también pernicioso.
El teletrabajo no tiene exigencias diferentes al trabajo presencial, en ocasiones la exigencia puede ser incluso mayor, con lo que su papel como herramienta de conciliación es pobre. Respecto al segundo punto, como herramienta de prevención de riesgos, sí tiene toda utilidad. Sabemos que los accidentes laborales más frecuentes son los accidentes de tráfico en el desplazamiento al puesto de trabajo. El mayor riesgo de accidentalidad está en las mañanas de los lunes y las tardes de los viernes, por lo que algunas organizaciones han experimentado con la idea de que lunes y viernes se implanten jornadas de teletrabajo a fin de prevenir accidentes. Este es sólo un ejemplo, de una variedad de combinaciones infinita basada en muy diversos motivos.
De estas dos formas de afrontar el teletrabajo se deducen riesgos diferentes para la salud de los trabajadores. Sin embargo, las pautas a plantear para desarrollar teletrabajo de una manera saludable son aptas para todas ellas. Las primeras medidas que se expondrán tienen que ver con el confort en el entorno de trabajo, las siguientes con la sobrecarga y las últimas con el riesgo de aislamiento y sedentarismo.
1.- Buscar un lugar de trabajo en la casa
Habitualmente el teletrabajador desarrolla su tarea desde casa. Cuando pensamos en una persona que trabaja desde casa nos la imaginamos en el sofá, viendo la televisión, con el portátil sobre las rodillas, algo para picar, y disfrutando de la tarea. Este es un error muy profundo. Una máxima para desarrollar el trabajo desde casa de manera saludable es buscar un lugar de trabajo definido.
Si la casa es lo suficientemente grande, un despacho es una opción ideal. Si la casa es pequeña, un rinconcito de una habituación que esté destinado única y exclusivamente al trabajo. Ese rincón o ese despacho debe ser el lugar destinado exclusivamente para el trabajo. Es importante que ese emplazamiento no se utilice para desarrollar otro tipo de actividades cotidianas, igual que en una oficia de una empresa no se desarrollan otras actividades distintas a trabajar.
El principal problema de trabajar desde casa es lograr establecer la barrera entre lo que es jornada laboral y cuándo deja de serlo. Establecer límites físicos es un buen primer paso.
2.- Ergonomía del puesto de trabajo: diseña tu escritorio
Una vez decidido el lugar de trabajo, se debe acondicionar de la manera óptima. El mobiliario de la casa no necesariamente está adaptado a las medidas ergonómicas adecuadas para el desarrollo de una jornada laboral. De esta forma, es importante buscar un escritorio y una silla que cumplan con las medidas estipuladas. También se debe cuidar especialmente la iluminación, así como la condición térmica en la que se encuentra la habitación.
Para definir las necesidades específicas que debe tener un entorno de trabajo, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales publica lo que Prevención de Riesgos Laborales se llaman Notas Técnicas. Estos documentos de fácil comprensión especifican las dimensiones que debe tener una mesa de trabajo, su altura, la distancia a la que debemos sentarnos, la altura de la silla, y todo lo necesario para diseñar un puesto de trabajo que favorezca el confort. Buscar mobiliario que cumpla estas dimensiones es un requisito indispensable para evitar problemas de espalda, de visión, musculares, o dolencias articulares. Estas afecciones laborales son las más habituales en trabajo de oficina, y tienden a aparecer muy pronto si no se trabaja en un puesto de trabajo cómodo.
3.- Control de la sobrecarga en base al control de tiempos
Uno de los elementos positivos de trabajar desde casa es que el trabajador tiende a tener mayor control en los tiempos y la distribución de tareas. Esto, que aparentemente es una virtud, tiende a convertirse en el problema central del teletrabajo a través de la sobrecarga de tareas.
Sin entrar en los discursos vacíos de la psicología positiva que te animaría a "aprender a decir no", algo por otro lado importante, una medida práctica para evitar la sobrecarga de trabajo es definir horarios. Igual que una persona tiene un horario marcado en un puesto de trabajo presencial, se puede y debe definir el horario de trabajo en casa. De esta forma, el control de carga de tareas vendrá limitado por la duración de la jornada. No marcarse horarios implica que se termine trabajando en jornadas de trabajo maratonianas.
4.- Bioritmos, alteraciones del sueño y horarios vespertinos
Por otro lado, la literatura nos dice que vinculado a la desregulación de horarios a los que el teletrabajo tiene tendencia, se terminan desarrollando alteraciones del sueño, y alteraciones, en general, en los bioritmos de los trabajadores. Para tratar de prevenir estos procesos, además de limitar el horario de la jornada también se debe definir en una franja concreta y estable para el desempeño laboral.
5.- Desconectar del trabajo
La paradoja del trabajo desde casa es que, si bien sobre el papel se puede presentar como una oportunidad de pasar más tiempo en familia, también tiene la capacidad de convertirse en una fuente de tensiones familiares.
Relacionado con la sobrecarga de trabajo y las jornadas maratonianas, la persona corre el riesgo de pasar buena parte de su tiempo en el puesto de trabajo. Por otro lado, existe un fenómeno de conexión permanente que se necesita controlar.
Cada vez hay más investigación y estudios sobre la relación del trabajador con su teléfono móvil. Se recomienda a todo tipo de trabajadores que el correo electrónico del trabajo no se sincronice con el teléfono móvil personal, o que dispongan de dos teléfonos móviles: uno para el trabajo y otro para su vida personal. La tecnología tiene la capacidad de desdibujar la línea entre la vida personal y laboral, por lo que debemos controlar este efecto para lograr desconectar del trabajo.
Hace más de un siglo el movimiento obrero comenzó organizándose en torno a la reivindicación del descanso. La ciencia avaló el descanso, no sólo como fuente de salud para los trabajadores, sino también como herramienta productiva. Una persona que ha descansado bien será más productiva en su siguiente jornada laboral. En el año 2018 la reivindicación vuelve a necesitar ser el descanso. A través de la conexión permanente el trabajador puede estar constantemente trabajando. En el teletrabajo este efecto se agudiza, ya que el trabajador tiene su puesto de trabajo al final de pasillo de su casa, por lo que está muy a mano volver a sentarse a la frente al ordenador ante cualquier reclamo más o menos urgente.
6.- Establecer límites con tu familia
Igual que la sobrecarga de trabajo puede ser una fuente de estrés que implique tensiones familiares, resulta importante que la familia no interfiera en el desarrollo de la jornada laboral. El hecho de trabajar desde casa implica que para su familia, el trabajador proyecte una sensación de disponibilidad permanente. Siempre está en casa, con lo que siempre está disponible. Esclarecer esto con el entorno familiar, de manera explícita, es una necesidad prioritaria para un correcto desempeño de las tareas.
Igual que ningún miembro de la familia llamaría a un trabajador para abandonar su puesto de trabajo en una oficina, nadie debería hacerlo para interrumpir su tiempo de trabajo al teletrabajador. Siempre que no se trate de una emergencia real, claro.
Lo importante, en este punto, es ser claro. No es un motivo para molestarse con ningún miembro del entorno familiar, porque posiblemente no sea algo que hagan de una manera intencionada. Por ello, es importante esclarecer el límite horario o espacial para evitar interferencias.
7.- Crear un entorno social virtual del trabajo
Otro riesgo que la literatura señala respecto al teletrabajo es la tendencia al aislamiento. El entorno laboral presencial, de hecho, siempre se ha tratado como un elemento socializante saludable, que tiende a ofrecer a las personas marcos de apoyo social.
En la actualidad, podemos asumir entornos sociales presenciales o físicos y también entornos sociales virtuales. Los entornos de trabajo físicos son los más enriquecedores, sin duda, pero fomentar entornos virtuales saludables es una realidad con la que debemos lidiar.
Ideas como participar en foros dentro de la misma empresa, o de la misma organización, crear grupos de compañeros en redes sociales, siempre que se sean grupos sanos, genera lazos importantes para evitar el aislamiento.
8.- Desarrollar actividades sociales fuera de casa
Sin embargo, los entornos sociales físicos son absoluta y rotundamente imprescindibles. Salir con amigos, con la familia, o participar en actividades regladas, como asociaciones vecinales, clubs deportivos o iniciativas culturales, representan una buena estrategia para socializar.
9.- Pasear, hacer deporte... presta atención a tu salud
Por último, el sedentarismo es la fuente de problemas físicos más habitual que se experimenta. Así, es importante tratar de mantener una alimentación saludable, y salir a pasear o practicar alguna actividad deportiva. Si una persona que comienza a trabajar desde casa percibe que está ganando peso encontrará ahí un buen indicador que está cayendo en el sedentarismo, con lo cual debe tomar medidas para atajar esa situación.
Una estrategia muy común es tener un perro en casa, ya que obliga al trabajador a tomar descansos y salir a pasear varias veces al día.