Para saber si eres o no una persona residente es necesario que sepas cuáles son las características de este tipo de personas. Las personas residentes son aquellas que son capaces de poder afrontar las adversidades con entereza y aprender de las circunstancias más adversas. Hay personas que varían en sus habilidades de afrontamiento cuando deben enfrentarse a una crisis, pero hay algunas características clave en cuanto a la resiliencia de las personas.
Muchas de estas habilidades pueden desarrollarse y fortalecerse, por lo que puedes mejorar tu capacidad para lidiar con los contratiempos de la vida.
Las personas resilientes
Las personas resilientes son aquellas personas que son conscientes de las situaciones, de sus propias reacciones emocionales y del comportamiento de quienes les rodean. Para manejar los sentimientos, es esencial comprender qué los está causando y por qué. Al permanecer conscientes, las personas resilientes pueden mantener el control de una situación y pensar en nuevas formas de abordar los problemas.
Otra característica de la resiliencia es la comprensión de que la vida está llena de desafíos. Si bien no podemos evitar muchos de estos problemas, podemos permanecer abiertos, flexibles y dispuestos a adaptarnos al cambio.
Si quieres saber si realmente eres una persona resistente o no, entonces deberás valorar si realmente tienes (o no) habilidades de afrontamiento. En el caso de que no las tengas, será importante que trabajes en ello en caso de querer ser más resiliente en tu vida.
Sentido de control
¿Percibes que tienes el control de tu vida o que se te escapa de las manos? ¿Te culpas en exceso por las fuentes externas y por los problemas que puedas tener? En general, las personas resilientes tienden a tener lo que los psicólogos llaman: un lugar interno de control.
Las acciones que tomes afectarán al resultado de un evento. Por supuesto, algunos factores están simplemente fuera de nuestro control personal, como los desastres naturales. Si bien podemos ser capaces de culpar a causas externas, es importante sentir que tenemos el poder de tomar decisiones que afectarán nuestra situación, nuestra capacidad de afrontamiento y nuestro futuro.
Fuertes habilidades para resolver problemas
Las habilidades para resolver problemas son esenciales para las personas resilientes. Cuando surge una crisis, las personas resilientes pueden detectar la solución que llevará a un resultado seguro. En situaciones de peligro, las personas a veces desarrollan visión de túnel. No toman en cuenta los detalles importantes ni aprovechan las oportunidades. Los individuos resilientes, por otro lado, pueden mirar con calma y racionalmente el problema y prever una solución exitosa.
Fuertes conexiones sociales
Cuando se trata de un problema, es importante contar con personas que puedan ofrecer apoyo. Hablar sobre los desafíos a los que te enfrentas puede ser una excelente manera de obtener una perspectiva, buscar nuevas soluciones o simplemente expresar sus emociones. Los amigos, familiares, compañeros de trabajo y grupos de apoyo en Inernet pueden ser fuentes potenciales de conectividad social.
Identificándose como un sobreviviente, no como una víctima
Cuando se trata de una crisis potencial, es esencial verse a sí mismo como un sobreviviente. Evita pensar como una víctima de las circunstancias y, en su lugar, busca formas de resolver el problema. Si bien la situación puede ser inevitable, aún puedes mantenerte centrado en un resultado positivo.
Ser capaz de pedir ayuda
Si bien ser ingenioso es una parte importante de la resiliencia, también es esencial saber cuándo pedir ayuda. Durante una crisis, las personas pueden beneficiarse de la ayuda de psicólogos y consejeros especialmente capacitados para enfrentar situaciones de crisis. Otras fuentes potenciales de asistencia incluyen: libros, comunidades de apoyo positivo en Internet, grupos de apoyo y psicoterapia.
Si quieres ser una persona más resiliente, primero debes saber que puedes conseguirlo porque es una característica que puedes aprender e incluso desarrollar.