La presión social o presión de grupo es algo a la que todos estamos expuestos e influenciados en algún momento de nuestras vidas, pero es crucial entender qué es para poder evitarlo en los momentos oportunos. Los compañeros son personas que forman parte del mismo grupo social y cuando ejercen presión sobre nosotros significa que pueden tener influencia en que hagamos algo que realmente no queremos hacer, pero que por seguir "al grupo", hacemos.
La presión social no tiene por qué ser siempre negativa, pero pueden influir en el comportamiento. Este término de "presión social" o de grupo se utiliza sobre todo para hablar de las conductas que no se consideran socialmente aceptables o deseables como por ejemplo, el consumo de drogas en personas jóvenes. Este término no se utiliza para describir comportamientos deseables.
¿La presión social es mala?
Normalmente se utiliza el término de presión social para describir una influencia negativa hacia un compañero o grupo de compañeros, y hace referencia a cómo una persona joven con buen comportamiento previo desarrolla conductas problemáticas, sobre todo relacionadas con el consumo de alcohol o drogas.
La realidad está en que la influencia que una persona puede ejercer sobre otra puede ser positiva o negativa por lo que también se podría aplicar en conductas deseables y no solo en indeseables. Por ejemplo la presión social en los adolescentes puede hacer que un joven se involucre más y mejor en los deportes, pudiendo llevar una vida más saludable y siendo un modelo de conducta positiva.
La presión social en la adolescencia
La presión social puede tener más influencia en la etapa de la adolescencia, por lo que es común que los padres se preocupen mucho sobre esto, sobre todo en actividades potencialmente peligrosas como las adicciones, el consumo de sustancias, comportamientos sexual, mala alimentación, compras y gastos o incluso, actividades delictivas.
En cambio, los padres no se preocupan por la presión que pueden ejercer sobre sus hijos y que sean positivas, aunque es muy importante considerar los comportamientos que son sociales saludables.
La influencia de los padres es más fuerte
Merece la pena destacar que la influencia de los padres es mucho más fuerte que la presión social, a cualquier edad. Los padres tienen una mayor influencia en si los hijos desarrollan o no comportamientos adictivos, por ejemplo. Por este motivo, en lugar de preocuparse tanto por las amistades de sus hijos es mejor centrarse en cuáles son sus conductas dentro del hogar.
Una buena regulación emocional y una buena conducta en casa será imprescindible para que los hijos aprendan buenas maneras de resolver problemas y entender los sentimientos incómodos que puedan tener en diversas situaciones. Esto es mucho más efectivo que intentar escapar a conductas adictivas para "huir" de esos sentimientos incómodos.
La presión social puede aumentar el riesgo
La presión social, sobre todo en los jóvenes, puede aumentar el riesgo de tener daños o conductas peligrosas como conducir bajo la influencia del alcohol o las drogas, tener una sobredosis, enfermedades de transmisión sexual, etc. Aunque la toma de riesgos es una parte normal de la vida, sobre todo en la adolescencia, es necesario que los padres equilibren esa presión estableciendo límites apropiados, dando información y apoyo emocional.
A medida que los adolescentes crecen y se convierten en adultos, estos límites les ayudarán a establecer sus propias normas internas para evitar estas conductas de riesgo en sus vidas.
No solo afecta a los niños
Como has podido entrever entre estas líneas, la presión social no solo afecta a niños y adolescentes. En estas etapas tempranas de la vida los chicos y chicas están estableciendo su personalidad, sus valores y están aprendiendo a que el comportamiento tiene consecuencias. Pero también quieren ser aceptados socialmente y por eso participan en comportamientos de riesgo para ser aceptados.
Por otra parte, los adultos también pueden ser vulnerables a la presión social. Hay adultos que beben o fuman para ser aceptados por su vida social. Es necesario ser consciente de todo esto para escoger la influencia que permitimos en nuestras vidas y poder tener experiencias saludables en la vida.