La Basofobia es un trastorno conocido como miedo a caerse, se trata de una fobia que genera pánico ante la idea de poder tropezarse, resbalarse o perder el equilibrio. Por norma general la gente siente miedo a caerse, ya que se pueden hacer daño y es considerado algo normal.
Pero la Basofobia va más allá, esta fobia implica sentir pánico, las personas que la padecen llegan a comportarse de manera obsesiva e irracional, llegando incluso a evitar cualquier tipo de desplazamiento, incapacitándoles, sin poder mantener un ritmo de vida normalizado.
Cabe destacar que la Basofobia a veces se confunde que otras parecidas, y es que esta es una afección diferente a la acrofobia, en la cual las personas sienten pánico por las alturas, no obstante en ciertas ocasiones el tipo de miedo que se sufre es similar. Igual ocurre en el caso de la ambulofobia, es decir, el miedo a caminar; el cual a pesar de ser distinto a la Basofobia está estrechamente relacionado.
¿Cuáles son los síntomas de la Basofobia?
Al tratarse de un trastorno de la salud emocional o psicológico, cada persona puede mostrar unos síntomas u otros, dependiendo de cómo viva su miedo, de la intensidad de este, de su forma de actuar a él, etc. Por ello, no existe una sintomatología específica para la Basofobia, sin embargo, al tratarse de una fobia, tiene las características claves de esta:
- Una intensa e incontrolable sensación de ansiedad asociada al temor propio de la fobia, en este caso, ante el miedo de poder caerse, tropezar o precipitarse hacia el suelo.
- Una mayor frecuencia del ritmo cardiaco, es decir, ante la situación de pánico, el corazón se acelera de forma notoria.
Como bien hemos dicho antes, cada persona Basofobica puede vivir dicha fobia de forma diferente, en base a muchos factores, tanto internos como externos. No obstante, en Bekia, os dejamos una lista de los síntomas más comunes, los cuales se pueden observar en la mayoría de los casos. Ante la idea de caerse, generalmente una persona con Basofobia sufre de dos tipos: físicos y psicológicos
Entre los síntomas psicológicos podemos encontrar:
- Ataques de pánico o de ansiedad.
- Debilidad en las extremidades, por lo tanto, pérdida del equilibrio
- Disminución de la capacidad de razonamiento y pensamiento.
- Sensación de irrealidad o de haberse separado de su cuerpo.
- Culpabilidad y sentimientos de estar perdiendo el control.
- Sensación de ser incapaz de ponerse de pie.
- Aislamiento tanto social, laboral, familiar, etc.
Muchos de los síntomas físicos vienen originados como consecuencia de los psicológicos. Entre estos podemos encontrar:
- Hiperventilaciones.
- Problemas en la visión, como por ejemplo: ver borroso o como si estuviera nublado.
- Cefaleas repentinas o dolores de cabeza.
- Dolores en la zona del pecho.
- Aumento de la sudoración y de la temperatura.
- Temblores y sensación de mareo.
- Dificultad para respirar y sensación de ahogo o de que le falta el aire.
- Nauseas.
- Palpitaciones.
¿Cuáles son las causas de la Basofobia?
Generalmente la Basofobia, al igual que el resto de las fobias viene dada tras la vivencia de una experiencia traumática. La cual, dependiendo de cómo sea nuestra personalidad, nuestra forma de afrontar los problemas o la situación en la que nos encontremos, nos afecta de una manera o de otra. Por lo tanto, se considera que la causa es un conjunto de experiencias vivenciadas, relacionadas con los aspectos genéticos y ambientales de la persona.
Por normal general las personas empiezan a padecer Basofobia tras una caída muy intensa, en el caso de que dicha caída les haya puesto en peligro, que hayan estado en cama o en silla de ruedas mucho tiempo y no tengan desarrollada correctamente la motricidad y eso les cause temor, etc.
¿Qué personas pueden padecerla?
Se sabe que cualquier persona puede padecer Basofobia, no obstante, existen grupos de personas que son más propensos a tener dicha afección. Algunos de estos pueden ser:
- Personas de avanzada edad: Como todos bien sabemos según nos vamos haciendo mayores vamos perdiendo reflejos, movilidad, incluso visión. Esto afecta directamente a la probabilidad de tropezar o caerse. Por lo que puede generar miedo o pánico ante la idea de que esto ocurra.
- Falta de desarrollo motor: Como bien hemos dicho antes, las personas que no tienen un desarrollo adecuado de la motricidad, pueden no sentirse seguras a la hora de caminar, ya que no controlan bien sus movimientos y tienden a tropezarse y a caerse. Esta decadencia en el movimiento puede venir dado por un accidente, lesionando gravemente la motricidad de la persona, por un retraso en el desarrollo motor, por enfermedades como por ejemplo esclerosis, fibromialgia, distrofia muscular, miastenia, etc.
En algunos casos, aunque muy poco comunes, también podemos encontrar a niños de edades tempranas, que al no tener desarrollada aun la motricidad y al no saber coordinar correctamente sus movimientos, se niegan a andar por miedo a hacerse daño, caerse, etc.
- Personas con un shock postraumático, es decir, que tras haber sufrido un accidente, normalmente por culpa de una caída, un tropiezo, etc; sientan pánico a que les vuelva a pasar, por lo que la idea de andar y caerse de nuevo les paraliza.
¿Qué hacer si tengo Basofobia?
En primer lugar, si crees estar sufriendo Basofobia es importante que busques ayuda especializada. Ponte en contacto con tu médico o acude directamente a un psicólogo, el podrá darte las respuestas y las soluciones que necesitas, dando un diagnóstico y proponiendo un tratamiento adecuado a tu caso.
Generalmente a la hora de tratar este tipo de fobia, los especialistas recurren a la terapia cognitivo conductual, con la cual, a través del dialogo se pretende que la paciente sea consciente de la situación y gracias a dicho conocimiento modificar los patrones de conducta que generan la problemática.
Entre otros tratamientos destinados a solucionar la Basofobia, podemos encontrar:
- La programación neurolingüística o PNL, en la cual, mediante la hipnosis se pretende modificar el esquema mental del paciente y hacerle consciente de que el miedo que siente es irreal.
- La fisioterapia, en la cual si la persona afectada no tiene la movilidad completa, con ella puede mejorar o recuperarla.
- Las terapias de exposición directa, las cuales consisten en exponer a la persona a su miedo, de forma paulatina, es decir, poco a poco. Para que de esta manera vaya superándolo.