La relación emocional con la empresa en la que trabajas influye de forma directa en tu rendimiento diario. Seguro que esto te suena bastante, entras en una gran empresa y además del contrato que firmas también generas una serie de expectativas que podrás alcanzar en esa empresa a nivel personal y emocional -como oportunidad de desarrollo, oportunidad de tomar decisiones, la relación laboral con tus nuevos compañeros...- a ese contrato, no explícito en el escrito, se le llama contrato psicológico.
Si quieres conocer qué es exactamente el contrato psicológico en un trabajo sigue leyendo el artículo.
El contrato psicológico, lo que no firmas en el papel
Si estás en la búsqueda de un nuevo empleo seguramente ya hayas oído hablar del contrato psicológico o simplemente ya lo se lo habrás escuchado a los de recursos humanos en la oficina, pero ¿qué es exactamente eso de lo que todo el mundo habla?
Pues el contrato psicológico es el término que la psicología da a la parte implícita de una relación laboral. Este contrato está compuesto por todos aquellos compromisos que el trabajador espera de la empresa y viceversa, además de las explícitas.
Cuando conseguimos un nuevo empleo en una multinacional o una organización célebre esperamos encontrar unos incentivos extras, como el reconocimiento por nuestro trabajo o un trato amigable. A medida que pasa el tiempo, si seguimos en la misma empresa también llegaremos a esperar otros incentivos como el aumento de sueldo o el ascenso a un cargo muy superior que hagan explícito ese reconocimiento implícito.
Recientes estudios afirman que aquellos trabajadores comprometidos que desarrollan aptitudes positivas tienen más predisposición a estar más años en la empresa, lo que llevaría a aumentar las posibilidades de ascenso y aumento de sueldo y ciertas ventajas. Es decir, si escogemos un trabajo solo porque nos hace falta el dinero nuestras expectativas decaerán, pero si conseguimos el empleo de nuestra vida o aquel con el que hemos soñado tanto tiempo además de dar lo mejor de nosotros mismos nuestras expectativas aumentarán.
Pero el contrato psicológico también puede llevar cláusulas abusivas, como por ejemplo que la empresa espere que el trabajador realice horas extras o se lleve trabajo a casa.
Unas condiciones de empleo dignas
Lo que determinará que nuestras expectativas se cumplan dependerá de que la empresa cumpla con tres factores básicamente; que tengamos un salario digno y equitativo, que en la empresa en la que estemos exista una buena relación laboral y que la organización o empresa ofrezca oportunidades de desarrollo profesional dentro de la compañía.
Estas últimas cuestiones responderían a la empresa, pero ¿y a nosotros? para que estemos contentos con nuestro empleo y nuestro compromiso con la empresa sea aún mayor se tienen que dar algunas pautas; que nos identifiquemos personalmente con los valores de la empresa y deseemos trabajar en ella, que tengamos perspectiva de seguir en la empresa durante más tiempo, responder con un mayor compromiso si la empresa mejora las condiciones laborales y por último estaría la seguridad laboral en el empleo.
Un contrato psicológico equitativo entre empresa y trabajador se traduce en una mayor cohesión en la organización además la empresa se beneficiaría de una mayor retención del talento entre sus trabajadores que seguirían fieles a la empresa.
La relación laboral que tengamos con la empresa u organización estará estrechamente ligada al contrato psicológico y a las expectativas cumplidas. Estas mejorarían el ambiente laboral entre compañeros y directivos. Una buena opción es premiar los trabajadores y cohesionar esas relaciones laborales por medio de reuniones no formales en las que los trabajadores se sientan en familia. Lograr un ambiente distendido y amistoso fuera del trabajo con los demás compañeros también ayuda a mejorar el rendimiento.