El efecto Forer se da cuando una persona acepta como válida una afirmación acerca de si misma, porque cree que procede de una fuente segura y de confianza. Dicho de otra manera las personas son víctimas de la falacia de la validación personal, y aceptan como propias y fiables generalizaciones que pueden resultar válidas para cualquier individuo. Esto guarda relación con la astrología, la adivinación, la grafología, la lectura del aura y algunos tipos de tests de personalidad.
El Efecto Forer es llamado en ocasiones el "Efecto Barnum". Este término fue acuñado en 1956 por el psicólogo americano Paul Meehl dentro de su su ensayo "Wanted - A Good Cookbook". En el artículo cuenta cómo cómo el showman P. T. Barnum consiguió engañar a varias personas a través de descripciones de personalidad basadas en cuestionarios pseudo-acertados.
¿Donde nace el efecto Forer?
El efecto Forer nació en 1948 cuando el psicólogo Bertram R. Forer ofreció a un grupo de estudiantes una serie de afirmaciones como resultado de un test de personalidad y les pidió que las puntuaran según lo ciertas que creían que eran. Lo que los estudiantes ignoraban era que a todos les entregó la misma descripción de su personalidad.
"Tienes necesidad de ser aceptado por los demás y buscas que te admiren, sin embargo, tiendes a ser muy crítico contigo mismo. Aunque tienes algunas debilidades de personalidad, generalmente logras compensarlas. Tienes una capacidad increíble que no has convertido en tu ventaja. Disciplinado y autocontrolado en el exterior, tiendes a preocuparte y ser inseguro en tu interior. A veces tienes grandes dudas sobre si has tomado la decisión correcta o si has hecho lo adecuado. Prefieres cierta cantidad de cambio y variedad y te sientes insatisfecho cuando te acorralan las restricciones y limitaciones. También te enorgulleces de ser un pensador independiente, no aceptas lo que digan los demás sin pruebas satisfactorias. Pero has descubierto que es poco sabio ser muy franco y revelarte a ti mismo ante los otros. A veces eres extrovertido, afable y sociable, mientras que en otras ocasiones eres introvertido y reservado. Algunas de tus expectativa pueden ser más bien irreales", decía la descripción.
Forer pidió que puntuaran la exactitud de los resultados en una escala de 0 a 5, donde el 5 significaba que el alumno sentía que los resultados eran realmente válidos y acertados, mientras que un 0 expresaba que no guardaban relación con la realidad. El promedio de la evaluación de la clase fue de 4,26, lo que indica que la gran mayoría aceptaba las afirmaciones como ciertas. La descripción había sido copiada de una columna de astrología de una revista al azar.
¿Cómo funciona?
Para que el efecto Forer sea válido tienen que darse dos factores simultáneamente. En primer lugar, la descripción dada debe ser importante poniendo especial énfasis en la proporción entre rasgos positivos y negativos. Por otro lado el sujeto debe respetar lo suficiente a la autoridad de la que provienen las afirmaciones para creer la evaluación que esta está realizando.
Casi todos somos vulnerables al efecto Forer. Una de las razones es que por lo general no hay nada en lo que puedas estar en desacuerdo con las afirmaciones, ya que la mayoría presentan dos opciones. "Eres A pero a veces eres B". Esto es lo suficientemente impersonal como para ajustarse a cualquier ser humano. Ejemplo: "Eres muy bueno pero a veces haces cosas malas". Cualquier persona aceptaría este análisis como bueno. Otra de las razones, es que algunas artes adivinatorias como son el horóscopo o el tarot hacen lecturas del futuro. A los seres humanos nos encanta tener control sobre todo. El futuro es incontrolable, pero gracias a estas artes sentimos que durante un momento sabemos lo que va a ocurrir y tenemos el poder de cambiarlo o evitarlo.