Las personas pueden tener respuestas emocionales fuertes a eventos que parecen menores para observadores externos a la situación. Como resultado, las personas que sienten emociones que los demás no comprenden, experimentan una invalidación emocional puesto que otros reaccionan a sus emocionales como si éstas no fuesen válidas o razonables.
Es necesario que para que las personas se sientan más unidas a otras, se validen las emociones que sienten. La invalidación emocional, además de alejar a las personas también puede crear sentimientos de resentimiento.
La validación emocional
La validación emocional es el proceso de aprender, comprender y expresar la aceptación de la experiencia emocional de otra persona. La validación emocional se distingue de la invalidación emocional, en la cual las experiencias emocionales de otra persona son rechazadas, ignoradas o juzgadas.
Una de las claves para aprender a validar las emociones de otros es darse cuenta de que validar una emoción no significa que se esté de acuerdo con la otra persona, o que piense que su respuesta emocional está justificada. Más bien, les comunicas que entiendes lo que están sintiendo, sin tratar de disuadirlos o avergonzarlos por el sentimiento.
¿Cómo se valida una emoción?
Primero, identificar y reconocer la emoción
Cuando validas una respuesta emocional, el primer paso es reconocer la emoción que la otra persona está sintiendo. Esto puede ser difícil si la otra persona no ha comunicado claramente sus sentimientos, por lo que es posible que tengas que preguntarle qué siente, o adivinar y luego preguntarles si tienes razón.
Imagina que tu pareja está enfadada contigo. Llegas a casa y se comporta con enfado pero no te dice lo que le pasa ni tampoco sabes tú cuál es el motivo de ese sentimiento. Si tu pareja ya te ha dicho que está enfadada puedes reconocerle que entiendes que está enfadado... pero si no lo ha comunicado, podrías decirle algo como: 'Parece que estás enfadado, ¿qué es lo que está pasando para que te sientas así?'.
Segundo, reconoce la fuente de la emoción
El siguiente paso es identificar la situación o la señal que desencadenó la emoción. Tendrás que preguntarle a la persona directamente qué es lo que le está causando esa respuesta emocional. Por ejemplo, puedes preguntarle algo como: '¿Qué es lo que te hace sentir así?'
Quizá tu pareja no se sienta capaz de comunicarte claramente lo que le ocurre. Es posible incluso que no entienda ni él/ella mismo/a qué es lo que le está pasando. O simplemente, no es capaz de hablar para conversar sobre sus emociones. En este caso, es posible que solo tengas que reconocer que algo parece estar molestándole y que te gustaría saber qué está pasando, pero que es difícil hacerlo sin una idea clara de la situación.
Tercero, valida la emoción
Siguiendo con el ejemplo de la pareja enfadada (pero que esto puede ocurrirte con cualquier ser querido), puede que te diga qué es lo que le ha hecho estar enfadada, como por ejemplo que. Hayas llegado 15 minutos tarde a casa del trabajo y que no hayas avisado antes. Quizá para ti es muy injustificado que se enfade por algo así, pero aún y así, puedes validar sus sentimientos aunque no estés de acuerdo con sus emociones. Puedes decirle que aceptas cómo se siente de esta manera: 'Sé que te sientes enfadado/a porque llegué a casa con retraso, no era mi intención molestarte, había tráfico y no he podido avisarte'.
En este caso, no necesitarías disculparte por tu comportamiento porque no has hecho nada malo. Pero al reconocer los sentimientos de la otra persona, es posible que la situación tensa disminuya considerablemente.
Validar no es renunciar
Validar las emociones de alguien no significa que te resignes a que te traten mal. Si tu ser querido se está comportando de manera inapropiada o agresiva, debes retirarte de la situación lo antes posible. Diles que deseas hablar con él/ella de la situación pero que no lo harás así, debéis estar calmados.
Validar la emoción no significa que ésta se vaya o desaparezca. No es tu trabajo hacer que la emoción de otro desaparezca, puedes reconocer y validar las emociones para que la otra persona se sienta comprendida y respetada, pero será la otra persona quien deba regular sus propias emociones.