Hoy en día no es nada extraño escuchar a un padre o a una madre quejándose de que su hijo es incapaz de dormir solo. De hecho, cada vez suelen ser más las familias que tienen este problema que, si se trata de la manera adecuada, puede solucionarse en un corto período de tiempo.
En definitiva, lo importante llegados a este punto es comprender cuáles son los motivos que pueden ocasionar que el pequeño necesite dormir acompañado y a su vez, qué errores son los que se cometen para que esta situación se de de manera diaria. Por norma general, los niños suelen justificar su necesidad de dormir con sus padres por problemas como el miedo o la soledad, aunque lo que suele ocurrir es que se mal acostumbran a algo y luego no quieren dejar de hacerlo. Por lo tanto, a veces el verdadero motivo es por placer personal.
Sea como sea, es evidente que los padres son en un mayor porcentaje los responsables de que esta situación se propicie e incluso, se tome como un hábito ya que suelen cometer algunos errores entre los que destacan:
- No crear rutina: Es bueno que los padres desde bien pequeños forjen una rutina de sueño con los niños. Esto les evitará de problemas no sólo de dormir acompañado sino de la hora de conciliar el sueño. Por ello, se recomienda que les acuesten a la misma hora; que creen un hábito de despedida como, por ejemplo, leerles un cuento, etc. En conclusión, hacer que el niño disfrute de esta rutina y la asuma sin lugar a réplica.
- Dormirles en brazos: Este es sin duda otro de los errores más comunes. Si bien es cierto que en ocasiones los padres se dejan llevar por el amor que tienen a sus pequeños y les conceden dormirse encima de ellos. Esto, que aunque a priori no parece negativo, puede acabar teniendo consecuencias como que el niño ya no quiera dormir en una cuna o en soledad. Por ello, hay que tener prudencia.
- Mostrar debilidad: A veces, los niños lloran, gritan o se enfadan por no querer irse a dormir solos. Es en ese momento cuando los padres no deben flaquear. Dicho de otro modo, hay que ser firmes con la decisión y el pequeño tiene que verlo para así darse cuenta de que no hay negociación posible. Sólo así comprenderá que debe de aprender a dormir sin la compañía de sus padres.
- Perder los nervios: Si hay algo que puede jugar malas pasadas son los nervios y las tensiones del momento. Los padres deberán de aprender a canalizar la situación y no perder los papeles en ningún momento ya que ese no es ningún ejemplo para sus hijos que, al verles así, podrán rebelarse del mismo modo.
Claves para que los hijos duermas solos
Una vez se conocen los errores más comunes que se suelen cometer con los pequeños en esta situación hay que pasar a ver algunas claves o consejos que permitirán a los padres conseguir que sus hijos duerman solos de la manera más rápida y fácil posible.
- Generar un buen ambiente: Es importante ir preparando la situación de que el niño se vaya a dormir solo con antelación. Para ello, se recomienda dejar un tiempo de digestión entre la cena e irse a la cama y a su vez, pasar ese rato junto a ellos haciendo así que queden más que satisfechos con la compañía de sus padres y no les sigan reclamando más tarde.
- Empezar pronto: Aunque cuando los niños son unos bebés es más difícil dejarles dormir en soledad si reclaman a los padres, no hay que flaquear. Esto a la larga beneficiará a cualquiera ya que hará que el hábito de irse a dormir solo esté claramente definido y no surjan problemas en una edad más avanzada. Además, es evidente que cuanto más mayores aprenden las cosas más les cuesta hacerlo.
- Despedirles: Acompañarles a la cama, ponerles el pijama o leerles un cuento son acciones que facilitan que los niños acepten irse a dormir solos ya que se sienten acompañados en el proceso. Además, esto permite afianzar los lazos entre padres e hijo y que la comunicación sea mucho más favorable.
- Hacer uso de objetos: Si el miedo es el principal problema del niño para no dormir solo existen algunas soluciones que permitirán que poco a poco consiga superarlo. Dejar una luz encendida, dormir con un peluche o fotografía, echarse una manta quitamiedos por encima... Sea como sea, los padres podrán conseguir que poco a poco los niños se enfrenten a sus miedos y consigan dormir en soledad. Una vez vayan teniendo menos miedo y siendo más maduros en este sentido, los padres deberán de obligarles a irse deshaciendo de estos objetos para no crearles necesidad de ellos en el futuro cuando sean más mayores.
- No dejarles la cama: En ocasiones, los pequeños despiertan en medio de la noche y acuden a la habitación de los padres llorando y pidiendo dormir entre ellos. En esta situación, dejarles entrar es un error. No deben acostumbrarse y por ello, lo aconsejable es que el padre o la madre le acompañe a su cama de nuevo y consiga que se duerma y entienda que no hay nada que le amenace o le de motivos para pasar miedo.
- Confiar en el pequeño: La actitud es fundamental en este tipo de situaciones y por ello, los hijos deben de notar confianza por parte de sus padres. Dicho de otro modo, la actitud de saber que el pequeño logrará conseguirlo es clave.
Finalmente, cabe decir que cada pequeño es un mundo y que, lo que quizás vale para unos niños para otros no sirve de nada. Por ello, serán los padres los que conociendo a sus hijos deberán de ir tomando las medidas que consideren para llegar hasta el mismo resultado. En caso de no conseguir los objetivos se recomienda acudir a un especialista que pueda, junto con los padres, ayudar a buscar las soluciones al problema de una manera mucho más exhaustiva. En definitiva, más tarde o más pronto, este problema sí tendrá solución.