La vida está llena de opciones, y lo que hagas de ellas determina toda tu experiencia. A veces puedes nadar contra la corriente y otras veces puedes ir con la corriente. Reconocer que el resultado de tu vida es un producto de tus decisiones es de lo que trata la responsabilidad personal. Enfréntate a cualquier tormenta que pueda surgir en tu camino como el capitán de un barco, ya que, después de todo, las aguas tranquilas nunca son para un hábil marinero.
Dos filosofías diferentes sobre cómo se forman nuestras vidas
?Algunas personas atribuyen los eventos y las condiciones de sus vidas a sus propias acciones, mientras que otros creen que sus vidas están determinadas por fuerzas externas a ellos mismos, como la suerte, el azar, el destino u otros seres poderosos.
En un extremo del espectro, hay personas que tienen una mentalidad de creador, mientras que en el otro extremo hay personas que tienen una mentalidad de víctima. Uno tiene poder, y el otro es impotente. Uno cree que puede opinar sobre los resultados y las experiencias de sus vidas, mientras que el otro cree que, independientemente de lo que hagan, las fuerzas externas determinarán su futuro. ¿Quién eres y, lo que es más importante, quién quieres ser?
Oportunidad vs. Elección: ¿Cuál es tu filosofía personal?
La responsabilidad es una contracción de las palabras "respuesta" y "capacidad". En otras palabras, tu capacidad para responder a tu entorno. La responsabilidad es la capacidad de responder sabiamente en cada bifurcación en el camino, tus elecciones te acercan cada vez más a tus resultados y experiencias deseadas. Lo contrario es esperar pasivamente a que tu suerte sea determinada por la suerte u otros seres poderosos.
Puedes elegir ser el creador de tu propio destino, buscar soluciones, tomar medidas y probar algo nuevo cuando se te solicite cualquier estímulo de tu entorno. O puedes elegir ser la víctima de tu mundo, culpar, quejarse y encontrar excusas para tus elecciones cuando se te solicite un estímulo de tu entorno. Lo primero te ayuda a lograr tus objetivos y acepta la responsabilidad, mientras que lo segundo rara vez te ayuda a lograr cualquiera de los dos.
Cuando surja la culpa tienes que reconocer que son formas de evadir las dificultades que implica abordar un problema. Si te encuentras tratando de culpar a otros o a ti mismo, considera pensar en términos de aceptación en lugar de juzgar. Es una distinción muy simple pero es poderosa porque puede ayudarte a retroceder en tus patrones de respuesta condicionados. Es cierto que tienes tu forma de ver las cosas, pero a veces puedes olvidar que estás tomando decisiones y esas decisiones tienen consecuencias que afectan profundamente a tus relaciones y tu perspectiva de la vida.
Los beneficios psicológicos de tener una opción
En comparación con la creencia de que los resultados están determinados por fuerzas externas a uno mismo (también conocido como determinismo), si crees que tu fuerza de control se encuentra internamente, esa creencia te vincula con niveles bajos de angustia psicológica. A la inversa, si crees que tu fuerza de control es externo, esa creencia te asocia con niveles más altos de angustia psicológica.
?Al distanciarnos de nuestro propio papel potencial en los problemas, también ignoramos la posibilidad de nuestro lugar en las soluciones, así como la alegría y la afinidad que provienen de la resolución de problemas de manera conjunta. En consecuencia, poseer tus elecciones y aceptar responsabilidades aumenta tu autoestima y provoca emociones positivas de empoderamiento.
Recuerda que el crecimiento es un proceso, no un evento. Es necesario que seas paciente y compasivo contigo mismo mientras navegas hacia la aceptación de la responsabilidad. Cuando te des cuenta de que tus responsabilidades dependen de tus acciones y a la inversa, todo comenzara a tener un sentido mucho más amplio y con sentido en tu vida.