Aunque a menudo nos gusta pensar que somos racionales y lógicos, en realidad el cerebro humano a veces es demasiado optimista, incluso demasiado para tu propio bien. Todas las personas subestiman la probabilidad de sufrir un evento negativo como la pérdida de un trabajo, un divorcio o una enfermedad. El cerebro suele tener un sesgo de optimismo de forma natural.
Este tipo de optimismo hará que creas que tienes menos posibilidades de sufrir una desgracia que otras personas y posiblemente, también pensarás que es más probable que logres el éxito. Puede que pienses que vivirás más tiempo, que tus hijos serán más guapos o que simplemente tendrás más éxito que otros. Pero en realidad, todas las personas no pueden estar por encima del promedio, por estadística, eso no es posible.
Una creencia errónea
En realidad el optimismo es un sesgo cognitiva que resulta ser una creencia errónea de las posibilidades de experimentas eventos negativos en la vida y que los eventos positivos sean más altos que los de otras personas.
Esto no significa que tengas una perspectiva demasiado bonita de tu vida, también puede hacer que tomes malas decisiones que tengan resultados desastrosos. Las personas pueden evitar ir al médico pensando que nunca tendrán una mala enfermedad aunque tengan extraños síntomas, algo que podría acabar con su vida. También hay personas que no piensen que a ellos les haga falta nunca ahorrar dinero y cuando realmente necesiten dinero, al no tener ahorros, se queden sin nada y sin saber qué hacer para sobrevivir. Otro ejemplo es las personas que no utilizan crema solar pensando que el cáncer de piel nunca les ocurrirá, y después de un tiempo obtienen cáncer de piel.
El sesgo cognitivo se encuentra en todas las culturas de todo el mundo. En ocasiones este sesgo cognitivo tan positivo puede llevar a resultados negativos y que las personas participen en conductas de riesgo o que tomen malas decisiones para su salud (como fumar), aunque también puede tener ciertos beneficios.
La parte buena
El optimismo también puede ayudar a mejorar la el bienestar creando una sensación de anticipación sobre el futuro porque se espera que sucedan cosas buenas y esto, hará que te sientas más feliz. Este optimismo puede actuar como una profecía autocumplida. Al creer que tendrás éxito, es más probable que las personas tengan éxito algo que te puede incitar a perseguir tus objetivos o sueños.
Si eres una persona optimista también harás más cosas para mejorar tu salud como hacer ejercicio, tomar vitaminas si lo necesitas y seguir una dieta más nutritiva. Sabrás que si haces las cosas bien, tendrás mejores resultados.
El sesgo del optimismo en tu vida
El cerebro está conectado evolutivamente para ver el vaso medio lleno, y si lo ve medio vacío es por las circunstancias personales y el aprendizaje de las experiencias. Cuando una persona compara su vida con la de otras personas, lo hace de forma egocéntrica y se centra en él mismo en lugar de mirar de forma realista cómo se compara con los demás.
Una persona que es optimista tendrá más probabilidades de tener éxito porque intentará conseguirlo, tendrá mejor autoestima, menos niveles de estrés y un mayor bienestar general. Todo esto es la receta mágica para tener un mayor éxito en la vida.
Por qué ocurre
Los eventos que no son frecuentes están influenciados por el sesgo del optimismo porque las personas tienden a pensar que es poco probable que puedan vivir una catástrofe natural como por ejemplo un huracán o una inundiación porque no es algo que pase habitualmente. Lo mismo ocurre con las enfermedades que son menos habituales que pasen, se piensan que no pasa nada que fumen o que no protejan su piel porque a ellos no les pasará nada...
¿Que diminuye el sesgo de optimismo?
Hay algunos factores que disminuyen este sesgo:
- Las personas deprimidas o con ansiedad tienen menos probabilidades de experimentar el sesgo de optimismo
- Vivir eventos negativos reduce el sesgo del optimismo
- Es menos probable que las personas sean optimistas cuando se comparan con seres queridos cercanos