Todas las personas nos enfrentamos a luchas en algún momento de nuestras vidas. Estas luchas pueden ser causadas por el estrés ocasionado en el entorno laboral, problemas con una pareja romántica o con algún miembro de la familia. Estos problemas pueden ocasionarnos síntomas de diferentes tipos que requieran de la atención de un psicólogo cualificado, síntomas como por ejemplo:
- los emocionales como la depresión o la ansiedad,
- problemas de comportamiento como tener problemas para deshacerse de cosas inútiles o beber alcohol con demasiada frecuencia, y
- síntomas cognitivos como pensamientos repetitivos molestos, rumiantes, o preocupación excesiva.
A veces, estos obstáculos de la vida se pueden aliviar cuidándote más a ti mismo o misma, y tal vez hablando de los problemas con un amigo de confianza o con un familiar. Pero puede haber ocasiones en que estos pasos no resuelvan el problema. Cuando esto sucede, es lógico considerar buscar la ayuda de un psicólogo cualificado. Para dar este paso es importante que valores la respuesta a dos preguntas importantes:
- ¿Tu problema te angustia mucho? Para valorar esta respuesta, piensa si ese problema ronda por tu cabeza más tiempo del necesario o si intentas quitarle importancia ante otras personas aunque en realidad te haga sentir mal.
- ¿Ese problema está interfiriendo con algún aspecto de tu vida? Desde luego si tu respuesta anterior ha sido afirmativa, serás consciente de que tu calidad de vida se ha visto algo afectada. Pero para valorar la interferencia, debes considerar si ese problema ha hecho que tu rendimiento laboral o académico haya disminuido notablemente. Si es un asunto que te quita mucho tiempo, aunque solo sea mentalmente, quizá también tu vida social se haya visto alterada ya que debido a ese problema hayas tenido que reorganizar tu vida para adaptarte al problema.
Una respuesta afirmativa a alguna de estas dos preguntas sugiere que quizás tengas que considerar la idea de buscar la ayuda de un psicólogo profesional. Está claro que la idea de empezar una terapia es una decisión completamente personal. Si te preguntas si la terapia podría serte útil, ten en cuenta que se ha demostrado que muchos problemas psicológicos se pueden tratar con enfoques terapéuticos a corto plazo, por lo que la eficacia y efectividad están ampliamente demostradas.
Síntomas para tener en cuenta
Como seres humanos, todos tenemos idiosincrasias y debilidades que nos hacen únicos. A menudo que hay una delgada línea de separación entre las personas con rasgos de personalidad extravagantes y las personas que se encuentran al borde de un trastorno mental en toda regla. Si tus problemas afectan a tu vida, es hora de plantearte la idea de pedir ayudar a un profesional que evalúe el estado de tu salud mental. Vamos a ver 10 comportamientos que pueden ayudarte a tomar esta decisión tan importante.
- Tienes dificultades para sobrellevar la vida en general o te cuesta afrontar el día a día
- Tienes cambios de humor bruscos Algunos trastornos psicológicos implican fluctuaciones significativas en el estado de ánimo. Los cambios pueden ser rápidos, como en el trastorno límite de la personalidad, o pueden ocurrir durante varios días o semanas, como sucede en el trastorno bipolar. El uso de drogas y/ o alcohol y ciertos medicamentos también pueden contribuir a crear estados de ánimo erráticos.
- Te sientes triste, deprimido o deprimido la mayor parte del tiempo Esto puede ser una señal de alerta para la depresión, un trastorno de salud mental que afecta a millones de personas de cualquier edad en todo el mundo. Si bien los sentimientos ocasionales de tristeza son parte fundamental del ser humano, es anormal cuando esos sentimientos se alargan en el tiempo o cuando se convierten en crónicos. Si tienes síntomas presentes como la falta de concentración, trastornos del sueño, falta de energía o sensación de desesperanza o inutilidad, la depresión es un diagnóstico clínico probable.
- Te preocupas excesivamente o sientes ansiedad la mayor parte del tiempo La ansiedad o el miedo irracional es un síntoma común de muchos trastornos, como el trastorno obsesivo compulsivo o TOC, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de estrés postraumático, el trastorno de ansiedad social y las fobias. La ansiedad puede paralizar, y su presencia constante puede causar estragos en la salud, en el sueño y en otros aspectos del funcionamiento diario.
- No puedes deshacerte del impacto causado por eventos traumáticos pasados o recientes Cualquier hecho traumático puede dar un vuelco a tu vida y causarte un grave daño emocional. Las imágenes y los recuerdos no deseados a veces se quedan grabados en el cerebro, lo que te deja con una terrible sensación de estar atrapado y sin forma de salir adelante. Cualquier hecho sin importancia puede desencadenar estos recuerdos y dejarte con una gran sensación de ansiedad y desesperanza.
- Contemplas el suicidio como una opción Los pensamientos y acciones suicidas se asocian principalmente con una depresión mayor y otros trastornos del estado de ánimo. Si tienes este tipo de pensamientos, es imperativo que busques ayuda profesional cuanto antes.
- Consumes alcohol y otras drogas y medicamentos para adormecer el dolor emocional Cuando recurres a cosas fuera de ti para hacer frente, o evitar, los problemas que te preocupan, generalmente indica la presencia de un problema subyacente grave. El uso de sustancias o actividades como medio de escape puede llevar al abuso y otros trastornos adictivos. En lugar de alcohol y drogas, algunas personas confían en el juego, en el sexo y otras conductas que se salen de control hasta que se vuelven adictivas y tienen un impacto negativo en la vida.
- Tienes problemas para manejar la ira La irritabilidad, la hostilidad, la rabia y frecuentes arrebatos de ira pueden indicar la presencia de un problema de salud mental. La ira no solo drena la energía emocional y física, sino que también tiene un impacto negativo en la salud, en las relaciones y en el trabajo. La ira no resuelta también puede conducir fácilmente al abuso de sustancias, al abuso físico y emocional de otras personas, a la destrucción de objetos y al comportamiento autodestructivo.
- Tienes miedo irracionales que interfieren en tu vida Los temores irracionales pueden involucrar una gran variedad de cosas, incluyendo el temor de que otras personas te observen y sigan, un miedo extremo a animales como perros o arañas, y miedo a situaciones como subirse a un avión o situaciones sociales. Los temores irracionales pueden volverse obsesivos, llevando a la persona que los sufre a tener pensamientos insistentes que crean gran ansiedad y conductas perjudiciales.
- Tienes una relación anómala y problemática con la comida y la alimentación Una imagen corporal distorsionada es una señal de alerta para las etapas iniciales de un trastorno alimenticio. Los trastornos alimenticios tienden a consumir una cantidad significativa de tiempo y energía, pero lo que es más importante, pueden causar riesgos graves en la salud a largo plazo, incluso pueden ser mortales en los casos más extremos.
Es posible que notes que la energía que tenías un tiempo atrás no la tienes ahora, y que te cuesta rendir en tu vida como lo hacías antes. Si te haces un examen médico y los resultados son normales, no tienes anemia, por ejemplo, o cualquier otra deficiencia o enfermedad, es posible que el origen de esa fatiga sea emocional.
No tengas miedo de pedir ayuda
Los síntomas mencionados son bastante generales, pero cubre una amplia gama de posibles signos de enfermedad o trastorno mental. Si te sientes identificado o identificada con alguno de ellos, o varios, no dudes en pedir cita con un psicólogo para que te evalúe y diagnostique. Sin duda, ésta es la manera más adecuada para afrontar, superar y recuperarte de esos problemas que angustian tu vida.