Hay profesiones, trabajos, que están extremadamente minusvalorados; por regla general, son todos aquellos que, a nivel social, se han asociado con las mujeres. Es decir, aquellos que están directamente relacionados con las actividades de cuidados: la limpieza del hogar, la crianza de los hijos, el cuidado de las personas enfermas o mayores, la cocina... Todos estos trabajos implican una responsabilidad que no se tiene en cuenta, porque se ha considerado siempre que es "de mujeres" y, como todo lo "femenino", se ha menospreciado.
No obstante, ser ama de casa es un trabajo a tiempo completo, y que puede generar situaciones de estrés muy importantes. No está remunerado (pese a que en ocasiones debería), pero exige mucho más que otras profesiones que sí tienen mucho prestigio. Porque un ama de casa tiene que, literalmente, ser capaz de llevar una casa adelante ella sola, con todo lo que eso implica. Quizás es el desconocimiento lo que empuja a muchos a considerar que no es una responsabilidad real, o que no hay estrés tras estas labores, pero cualquiera que haya tenido que ejercer como ama de casa (o amo de casa; son una minoría, pero están ahí) lo sabe a la perfección.
Hay que visibilizar este tipo de trabajos, mostrar el mundo qué hay realmente tras todo lo que un ama de casa realiza. Porque solo de este modo se podrá erradicar ese pensamiento erróneo de que no es un trabajo en sí mismo, y que no conlleva altas dosis de estrés.
Responsabilidad llevada al extremo
Pensemos en el trabajo que realizan aquellos que se ocupan de la casa: no solo deben limpiar, pese a que esto sea en lo que más se suela pensar, sino que también deben encargarse de todo lo relacionado con la cocina y con los cuidados del hogar. Es decir, deben comprar semanalmente (o mensualmente) para tener siempre la nevera llena, encargándose de conocer lo que come cada miembro de la familia para que nunca falte nada, porque el ama de casa sabe a la perfección que si algo falta, la responsabilidad se la achacarán a ella. Además, debe estar pendiente siempre de que las comidas que se vayan haciendo sean distintas, y se adapten a los gustos de cada uno.
Por si esto fuera poca responsabilidad, en el momento en el que hay una situación de estrés en el núcleo familiar, quien acabará recibiendo todos los posibles malos modos, o contestaciones, será el ama de casa. Por ejemplo: cuando los niños tengan exámenes y estén preocupados por los mismos, acabarán pagándolo con la persona que se encargue de la casa, porque será a quien ellos recurran para cualquier cosa que necesiten. No es solo que puedan hablar mal en cualquier momento, sino también que le pedirán aquello que consideren conveniente; y aunque no lo parezca, hay niños que son auténticos tiranos.
A esto hay que sumarle que, aunque el ama de casa no tiene una labor remunerada y, por tanto, no tiene autonomía económica, sí que debe llevar sobre sus hombros la responsabilidad de gestionar las cuentas del hogar. ¡Y esto sí que puede generar estrés! Porque cuando no hay dinero suficiente como para hacer la compra y se deben hacer casi malabares para llegar a fin de mes, todo esto lo hace el ama de casa por su cuenta y riesgo.
Y nadie se lo agradece
Aunque sin duda lo que más estrés acaba provocando en cualquier ama de casa es que absolutamente nadie le agradece el trabajo que hace, sino todo lo contrario. Se le exige que lo dé todo, que esté siempre disponible; no tiene vacaciones ni descanso, porque hay quien considera que esto es una obligación en lugar de un trabajo, no tiene momentos para sí misma a lo largo del día... ¡Y nadie le agradece todo lo que hace! Si sois amas de casa, seguramente hayáis sufrido en vuestra propia piel todo esto. Y más de una vez habréis deseado poder desconectar de todo, de cualquier actividad relacionada con el hogar, y tomaros un descanso. Es completamente lógico y normal, y no implica que no queráis a vuestra familia, ¡pero sois persona además de ser madre o esposa!
Pensad en vuestra salud mental, en vuestra estabilidad y en vuestra felicidad, y desconectad de vez en cuando de todo el estrés que ser ama de casa puede implicar. ¡Os vendrá genial!