La desesperanza es un mal que puede agravar tu corazón e incluso puede hacer que enfermes. Si te detectan una enfermedad o si tienes depresión es común que sientas desesperanza y que pienses que esos sentimientos tan debilitantes nunca se irán de dentro de ti. Se necesita resistencia y fuerza, pero puedes superar la desesperanza si realmente quieres estar mejor. Para que lo consigas, no te pierdas estos consejos para encontrar la fuerza que necesitas, sin dejar de reconocer los sentimientos que tienes, porque son importantes y válidos.
Vive el presente
Tan frustrantemente simple como suena, concentrarse en estar en el momento puede ser una tarea muy desafiante, especialmente cuando el camino que pensaste que se suponía que tu vida iba a tomar ha sufrido cambios drásticos. Puedes quedar atrapado fácilmente en la preocupación y el miedo, que te alejan de la vida que está viviendo.
Si te mantienes en el presente podrás conectar con lo que sucede aquí y ahora, centrándote en las conversaciones que hay frente a ti, en las actividades que has planeado en el día, en lo que comes y en qué siente tu cuerpo. Los ejercicios de meditación son excelentes maneras de ayudarte a concentrarte en estar presente. Intenta realizar una caminata diaria para reducir los pensamientos negativos, el estrés y la reactivada emocional.
Céntrate en las cosas pequeñas
La vida realmente consiste en disfrutar de las pequeñas cosas... Porque son las que realmente merecen la pena. Desde una larga y cálida ducha en la mañana hasta una taza de café compartida con tu pareja, desde una conversación divertida con un amigo hasta sentir el sol en tu cara, cada parte aparentemente pequeña de cada día puede tener un gran efecto en tu perspectiva de vida.
Estos son los momentos en la vida que te fundamentan y te ayudan a centrarte en las cosas buenas, incluso cuando algunas de las cosas más grandes en la vida no van como lo habías anticipado. Una de las mejores maneras de recordar estas cosas buenas es practicar activamente la gratitud, que también contribuye a mejorar la salud física y psicológica.
Así que pasa unos minutos por la mañana anotando todas las pequeñas cosas de la vida por las que estás agradecido. Usa las cosas que te brindan consuelo y alegría para llamar tu atención lejos de la negatividad.
Busca un grupo de apoyo
Los grupos de apoyo son una excelente manera de conectarse con las personas que están atravesando (o han atravesado) lo que está pasando. Pueden variar desde ser informativos, proporcionar educación y recursos, o ser más terapéuticos, lo que le brinda un espacio seguro para hablar sobre tu experiencia y cómo te está afectando.
Si no sientes que el apoyo de los demás es lo que necesitas, piensa en hacer algo que te interese con otras personas, puedes practicar yoga, apuntarte a un club de lectura o de sendero o simplemente ser voluntario para ayudar a otras personas. Ayudar a otros puede proporcionarte la sensación de bienestar más satisfactoria, lo que ayudará a mejorar tu espíritu y te ayudará a seguir el camino correcto.
Habla de lo que te pasa
Es importante tener en tu vida personas con las que puedas hablar. Si crees que no tienes a nadie con quien ser sincero ahora mismo, puedes hablar con tu médico para que te derive a un psicólogo o a un grupo de apoyo que te ayuden en este momento duro que estás atravesando. Cuidar de tu salud mental es tan importante como cuidar tu salud física, por lo que es importante que pienses en esto.
Busca nuevas metas
No dejes de vivir tu vida aunque tengas desesperanza, así podrás centrarte en otras cosas aparte de lo que te hace sentir mal. Piensa en las metas que quieres conseguir. Reserva un viaje de fin de semana, llama a un amigo que hace mucho que no hablas, prueba un nuevo tipo de cocina... establece metas y sigue adelante.