A nadie le gusta confrontarse con otros, porque eso supone tener que alterar el estado de ánimo y defender unos ideales con "uñas y dientes". Aunque la confrontación no tiene por qué ser agresiva, con empatía y asertividad se puede decir lo que se piensa sin necesidad de herir al otro y marcando unos límites necesarios para la buena relación y una buena resolución de conflictos.
Una falta total de confrontación puede sonar como una existencia pacífica, pero quienes sufren de miedo a la confrontación saben que puede ser uno lleno de momentos infelices y una falta de autoafirmación. Si sufres de miedo a la confrontación, la idea de afirmarte puede ser perturbadora y aterradora, y también puede evitar que vivas la vida que deseas. Supera tu miedo a la confrontación aprendiendo la forma correcta de confrontar a alguien de manera civil y adecuada para obtener los mejores resultados posibles.
Con estos consejos dejarás de tener ansiedad cada vez que tengas que tener una confrontación ya sea en el trabajo o en tus relaciones personales. Recuerda que tener una confrontación no tiene que ser sinónimo de agresividad de ningún tipo.
Elige bien tus batallas
Elegir una pelea por el problema más pequeño es la forma incorrecta de abordar la confrontación. Después de discutir contigo varias veces, alguien puede descartar tus preocupaciones o descartarte como una persona desagradable y conflictiva. En ocasiones, cuando el problema es lo suficientemente importante para ti como para sentir que necesitas afirmarte, evalúa los posibles resultados de la confrontación para decidir si vale la pena luchar en una batalla.
Toma un respiro
Comenzar una confrontación en el calor del momento puede ser una de las cosas que te ha metido en problemas en el pasado y, por lo tanto, desconfía de la confrontación. Esto se debe a que cuando estás molesto o enfadado, es probable que no estés pensando en los términos más adecuados, tu mente racional puede estar algo bloqueada. Cuando sientas que la ira hierve dentro de ti, tómate un minuto y aléjate. No sientas vergüenza en decirle a la otra persona que volverás a hablar con él lo antes posible para que puedas recuperarte y pensar de manera más racional... de hecho, esta es la manera más inteligente de actuar.
Preparar
Si alguna vez te has visto atrapado en una confrontación con alguien que está mejor versado y más preparado que tú, sabes lo molesto que puede ser cuando no entiendes adecuadamente tu punto de vista o incluso cuando te hacen dudar de tus propios pensamientos. Es por eso que debes prepararte para la confrontación con cuidado.
Cuando tengas que confrontarte con otra persona, reúne datos objetivos que te respalden, ten buenos argumentos preparados y no te calles cuando tu oponente haya terminado de decir sus argumentos. Recuerda que lo necesario es atenerse a los hechos y estar listo para poder hacer sugerencias o incluso peticiones de cambio en caso de que sea necesario.
Usar una fórmula para mejorar la situación
Usar una fórmula cuando te enfrentas a una confrontación puede ayudarte a mantenerte encaminado y al tema en cuestión, sin verse envuelto en debates y argumentos innecesarios. Cuando confrontes a alguien, comienza con una declaración positiva, como "Sé que has estado trabajando duro últimamente y aprecio tus esfuerzos".
A partir de ahí, haz la declaración que necesitas hacer y luego dale a la otra persona la oportunidad de responder. No tomes represalias ni hagas afirmaciones sin fundamento ni digas nada despectivo. Simplemente muestra tu punto de vista o pide en el caso que sea necesario, que la otra persona se tome un tiempo para pensarlo. Esto le permite mantener el control de la confrontación para que tenga menos miedo y más tiempo para pensar.