No hay nada que frustre más que llegar a casa cansado después de un largo día de trabajo y ver la casa hecha un desastre con todas las tareas por hacer. Todos dedicamos tiempo de nuestro día a día a hacer las tareas domésticas, pero todo esto puede volverse aún más complicado cuando llegas a casa y tu pareja no se preocupa por ellas.
Las tareas domésticas deben ser equitativas en las parejas
Las tareas domésticas son normales, pero se pueden volver un gran problema si no se llevan bien. Después de la fidelidad y el sexo, compartir las tareas del hogar es uno de los componentes más importantes para que una pareja funcione. Si no se llevan bien pueden ser motivo de grandes discusiones y en situaciones más severas, incluso del divorcio.
Hay parejas que no dedican el tiempo suficiente a mantener una conversación sobre las tareas domésticas, y es algo absolutamente necesario de hacer. Piensa que el 80% de la vida de una persona adulta se centra en las tareas domésticas.
Las tareas domésticas nos ocupan dos meses al año enteros, ¡solo en tiempo dedicado a las tareas domésticas! Esto no cuenta con otras responsabilidades como cuidar a los hijos, el mantenimiento del jardín o el mantenimiento de los vehículos del hogar. Si las parejas no pueden ponerse de acuerdo sobre las tareas, eso significa que pasarán al menos dos meses de su año discutiendo con la pareja por la falta de contribuciones equitativas en el hogar. Sin un plan, las tareas pueden ser muy complicadas. Si hay desequilibrios en la pareja por culpa de esto, la relación sufrirá dejando huellas emocionales bastante importantes.
Las parejas felices dirigen un hogar como un negocio
En lugar de esperar a que los platos se acumulen, y permitir que el resentimiento se acumule junto con ellos, las parejas deberían tener un acuerdo sobre las tareas domésticas. El "negocio" es hacer un 'home run' de manera eficiente para que ambos puedan vivir felices en casa. Repartirse las tareas domésticas de forma equitativa al tiempo que se dispone y que se está en casa. Lo ideal para evitar problemas, es crear un cuadro de tareas domésticas en casa, y seguirlo. Como un plan de trabajo.
Por lo general, cuando las parejas no hablan de los quehaceres, una persona termina haciendo la mayor parte del trabajo y esto crea un gran resentimiento porque es agotador. Cuando una parte de la pareja se siente menospreciada, puede perder motivación para continuar con el 'negocio' de administrar el hogar. Este sentimiento finalmente erosionará la asociación y perjudicará la relación.
Por este motivo, es necesario que exista una distribución justa de las responsabilidades del hogar, así el 'negocio' funcionará sobre ruedas. La pareja deberá aprender a satisfacer las necesidades de casa, sin sobrecargas para poder ser felices.
Hacer las tareas domésticas y organizarlo como un equipo os ayudará a sentiros más unidos que nunca. Jugar en el mismo equipo os ayudará a sentir que tenéis un frente común. Sois una unidad en el hogar y para que seáis felices en casa, todo tendrá que estar organizando desde el cariño y el respeto mutuo.
El proceso de averiguar quién debe hacer cada tarea variará según las necesidades de la pareja. Ambos necesitaréis decidir las responsabilidades en el hogar, y no importa si tú eres el jefe en el trabajo o no. Dejas tu rango en la puerta y te conviertes en una pareja comercial con un interés personal en tu hogar tan pronto como llegues a casa.
De esta manera las asperezas en cuanto a las tareas de casa quedarán a un lado y seréis un gran equipo. Todo funcionará mejor y vosotros os sentiréis más unidos que nunca.