Tener confianza en uno mismo no es algo malo. Las personas que son seguras en sí mismas suelen ser las más exitosas en nuestra sociedad. Es este fuerte sentido de confianza y autoestima lo que permite a las personas salir al mundo y alcanzar sus metas. La confianza, más que cualquier otra cualidad, contribuye a los resultados positivos cuando se persiguen los objetivos.
Pero, ¿se puede tener demasiada confianza en uno mismo y que se convierta en algo negativo? ¿Es posible que tener mucho de algo bueno se convierta en algo malo? Es buena idea conocer los puntos fuertes y tener la seguridad de salir y correr riesgos para alcanzar las propias metas, esto son cualidades admirables. Aunque si la confianza te hace ser una persona inflexible, te opones a probar cosas nuevas o eres incapaz de escuchar a los demás, entonces está claro que es perjudicial para el éxito y el bienestar.
Qué pasa si tienes demasiada confianza en ti mismo
La autoconfianza excesiva puede causar una serie de problemas en la vida personal, social y profesional de una persona. Algunos de estos problemas son:
- Perder oportunidades, como no coger proyectos porque parecen demasiado fáciles o por debajo de tus habilidades.
- Asumir demasiadas responsabilidades. Decir que sí a responsabilidades de las que careces las habilidades necesarias.
- Consecuencias sociales. Puedes parecer demasiado arrogante. En el trabajo puedes pensar que eres más capaz de lo que realmente eres y en una relación puedes pensar que las otras personas están por debajo de ti.
Cuidado con una alta autoestima
La alta autoestima a veces podría tener consecuencias indeseables. Los niños con mayor autoestima serán más propensos a participar en comportamientos de riesgo. Las personas con alta autoestima también pueden a tener peores relaciones porque culpan a sus parejas por cualquier problema con la relación. La alta autoestima también se vincula a una mayor frecuencia de comportamientos violentos y agresivos.
Eso no sugiere que la autoestima y la confianza sean malas. En algunas situaciones, incluso una excesiva confianza puede ayudar a llegar al éxito. Las personas que confían en sí mismas pueden convencer a otras personas de que tienen ciertas habilidades aunque no sea así, sólo por su ego inflado. Esto puede mostrarse en cierto narcisismo o arrogancia, cualidades que no suelen gustar socialmente.
Todos, el momento u otro, podemos sentir demasiada confianza en las propias habilidades de vez en cuando, y eso no tiene que ser nada malo. Es posible que algunas veces sobreestimes tu capacidad para realizar algo Y que luego te des cuenta de que no tienes tantas habilidades como pensabas. Asumes la realidad y buscas la forma de mejorar. Es decir, este exceso de autoconfianza se puede corregir con cierta humildad. Aprenderás a utilizar la mente de manera más inteligente y a ser más realista ante tus habilidades y posibilidades.
Es cuando este exceso de confianza es habitual que pueden surgir consecuencias más serias ya menudo duraderas.
Causas de tener demasiada confianza
Existen diferentes factores que pueden contribuir a que tengas excesivos niveles de confianza en ti mismo. La educación, la cultura, la personalidad y las experiencias vividas son muy importantes en este sentido. Todos somos del centro de nuestro propio universo, por lo que no es sorprendente que nuestras percepciones, experiencias, pensamientos, necesidades y deseos estén continuamente en nuestra mente. Pero, ¿por qué una persona tiene un sentido de sí mismo tan exagerado?
Los sesgos cogntiivos pueden tener un papel importante en esto porque pueden contribuir a tener un exceso de confianza en las propias opiniones e ideas. Estos prejuicios hacen que las personas interpreten las experiencias de manera sesgada hacia sus propias creencias, actitudes y opiniones existentes.
Como resultado, las personas a menudo tienden a creer que su propia forma de pensar y actuar es superior y "correcta". Esto puede hacer que las personas no consideren cómo otras ideas podrían ser beneficiosas, así como que no vean ningún posible inconveniente de su propio enfoque. Es esta ilusión de infalibilidad personal la que puede contribuir a tener demasiada confianza.
Percepciones de confianza
Entonces, ¿cómo determinamos qué niveles de autoconfianza son apropiados? ¿Y son estos niveles iguales para diferentes personas y en diferentes situaciones? La confianza en sí mismo no es solo una construcción psicológica; también está fuertemente influenciado por la cultura. Las culturas individualistas, por ejemplo, tienden a valorar más la autoconfianza que las culturas colectivistas. Las expectativas de la sociedad sobre cuánta confianza deben tener las personas ejerce una poderosa influencia en cómo percibimos la confianza tanto en nosotros mismos como en los demás.
Por ejemplo, durante la primera mitad del siglo XX, la confianza en sí mismo a veces se consideraba un perjuicio, según quién eras. Se esperaba que las personas obedecieran a las figuras de autoridad, incluidas aquellas que eran mayores o que ocupaban un puesto más alto en la jerarquía social. La confianza en sí mismo en los niños y las mujeres era particularmente mal vista, ya que generalmente se esperaba que los niños y las mujeres fueran obedientes.
A medida que las mareas culturales han cambiado, las expectativas de la sociedad en términos de autoconfianza también han cambiado. Se motiva a las personas a ser independientes y la autoestima se ha convertido en una característica preciada. Los padres quieren que sus hijos tengan confianza en sí mismos, que sepan lo que quieren y que tengan la motivación para alcanzar sus metas.
Las normas sociales influyen en las percepciones de confianza
Pero la forma en que percibimos la confianza en nosotros mismos no siempre es consistente de una persona a otra. Por ejemplo, las líderes femeninas que se comportan igual que sus contrapartes masculinas tienen más probabilidades de ser percibidas como mandonas, emocionales o agresivas. Este estándar de confianza doble hace que sea más difícil para las mujeres ser promovidas en el lugar de trabajo y ascender a posiciones de liderazgo. Los comportamientos necesarios para tener éxito en el lugar de trabajo son los mismos que las mujeres a menudo son castigadas por exhibir.
Además, socialmente se tiende a penalizar a los demás cuando se comportan de manera que se consideran violaciones de las normas sociales. Las normas dictan que los hombres deben ser confiados y asertivos, mientras que se espera que las mujeres sean afectuosas y cálidas. Comportarse fuera de estas normas puede tener varias consecuencias tanto para hombres como para mujeres. Los hombres que no son muy asertivos pueden ser vistos como tímidos o débiles, mientras que las mujeres que están seguras de sí mismas son consideradas mandonas... ¡aún queda mucho que avanzar!